Este lunes, con los resultados de 2022 de varias compañías de renovables llegan nuevas muestras de la burbuja especulativa con estas energías que hay en España, la cual sigue creciendo y es doble: por un lado, muchas empresas del sector cotizan en bolsa con sonoras alzas y caídas, y por otro, hay operaciones de compra y venta de compañías y también de activos. No se puede olvidar que hasta el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha advertido de “burbujas verdes” ni que el presidente ejecutivo de Iberdrola, Ignacio S. Galán, ha convertido las renovables en un producto financiero y saca jugosas plusvalías.

En este contexto, Audax, que no quiere sustos con el precio de la energía, ha dejado las pérdidas en 2022, Ecoener ha ganado 3,6 veces más que el año anterior y Grenergy un 36% menos, pero todas han crecido en resultado bruto de explotación (ebitda) e ingresos. Audax ha logrado salir de pérdidas y obtener un beneficio neto de 7,8 millones de euros, su ebitda ha ascendido a 54 millones (+16%) y los ingresos se han disparado un 56%, a 2.633 millones, y considera que ha sido gracias a la optimización del negocio, la diversificación y la nueva potencia instalada. Además, ha rebajado su deuda financiera bruta a 130 millones, gracias al mayor flujo de caja operativa. Y ante estas buenas cifras, José Elías, primer accionista y presidente de Audax, ha visto aumentada su remuneración un 21,62%, a 225.000 euros, y el vicepresidente, Eduard Romeu, ha recibido 130.000 euros (+13,04%). 

Luis de Valdivia, presidente y primer accionista de Ecoener, destaca que ha sido “un ejercicio récord en el que ha crecido en todos los parámetros de su estrategia de gestión” y ha recibido un buen ‘premio’: su remuneración ha crecido un 36%, a 832.000 euros, mientras la remuneración media de los empleados ha bajado un 13,89%, pasando de 36.000 euros a 31.000

Ecoener ha multiplicado por 3,6 veces su beneficio neto en 2022, hasta 20,2 millones; su ebitda se ha duplicado a 44,1 millones; los ingresos se han disparado un 83%, a 72,9 millones, gracias a la mayor producción; y el flujo de caja operativo se ha disparado un 246%, a 52,5 millones, permitiendo duplicar la inversión en sus activos. Luis de Valdivia, su presidente y primer accionista (dueño del 71%), ha destacado que ha sido “un ejercicio récord en el que ha crecido en todos los parámetros de su estrategia de gestión” y ha recibido un buen ‘premio’: su remuneración ha crecido un 36%, a 832.000 euros, mientras la remuneración media de los empleados ha bajado un 13,89%, pasando de 36.000 euros a 31.000.

Por su parte, Grenergy ha visto reducido su beneficio neto un 36%, a 10,3 millones, aunque su ebitda ha mejorado un 21%, a 50,2 millones, y los ingresos han ascendido a 293 millones (+33%) por la entrada en operación de parques propios y las ventas de energía de estos que casi se ha triplicado. La compañía que tiene a David Ruiz de Andrés como fundador, primer accionista (dueño del 53%) y CEO, tiene ya 1.700 megavatios de capacidad instalada o en construcción y un pipeline de 11.700 MW de proyectos solares y eólicos.

Parece que no sólo las grandes energéticas han sacado partido del contexto energético, algo que la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, y la ministra de Hacienda, María Jesús (Marisu) Montero, deberían tener en cuenta al hilo del impuestazo energético. Audax, Ecoener y Grenergy han mejorado en la mayoría de sus magnitudes financieras respecto al año pasado