Ana Botín tenía tantas ganas de hablar de la cantidad de impuestos que paga el Santander, que lo hizo sin que nadie se lo preguntara. “En España pagamos de media un 47% de impuestos, frente a la media europea del 40%”, afirmó casi al final del encuentro con los periodistas para presentar los resultados del banco en 2021. “El Santander tiene un 34% de tasa fiscal, 5.000 millones, a los que hay que sumar otros 3.500 por cargas sociales”, recalcó la presidenta, en referencia a los impuestos al trabajo.

En otras palabras, en España se pagan más impuestos que en Europa, justo lo contrario de lo que dicen socialistas y podemitas, y muy especialmente la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que este mes de febrero presentará la reforma fiscal que pretende aprobar el Ejecutivo. Sí, 2022 será el año de la reforma fiscal o, lo que es lo mismo, de una nueva subida de impuestos, más intensa, si cabe.

Y no solo eso, Botín se quejó de lo poco que contribuyen a las arcas públicas los gigantes tecnológicos como Google que, por cierto, el martes presentó un beneficio de 67.500 millones de euros. La presidenta del Santander mandó otro recado al Gobierno: “Antes de que suban los impuestos a los de siempre, que paguen todos”, porque “hay empresas que pagan menos de lo que les toca”, afirmó.

Botín se mostró a favor de la reforma laboral -lo acordado es “muy positivo”- y del consenso al que se llegó por parte del Gobierno, la patronal y los sindicatos, pero recordó que no puede haber “mejora ni bienestar de los españoles sin crecimiento ni creación de empleo”. Y esto viene bien recordarlo, porque, efectivamente, si crecimiento no se puede crear empleo, lo que contrasta con la situación actual de escaso o nulo crecimiento -solo aumenta por comparación con un 2020 trágico-, pero descenso importante de la tasa de paro.

Más dura fue la crítica de Botín a la reciente ley de Vivienda. “Es un tema de oferta y demanda”, insistió la banquera, que recordó que España es un país de propietarios -algo menos del 80% tiene vivienda en propiedad- y que esa circunstancia ha sido decisiva históricamente para sobrellevar las crisis económicas.

“Los bancos no podemos ser la policía del clima”, afirmó Botín, que pidió a los gobiernos que establezcan de una vez por todas lo que es verde y lo que no lo es. Lo que es sostenible y lo que es contaminante, para que las entidades lo tengan claro a la hora de conceder créditos. Por suerte para Botín, Bruselas acordó este mismo miércoles que la energía nuclear sea considerada como no contaminante, justo lo contrario de lo que quería nuestra Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica.

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Doña Ana, en cualquier caso, explicó que también hay que prestar atención a las circunstancias del cliente. Un brasileño de la Amazonia, lo busca es comprar una casa, mientras que en España, se busca una casa más ecológica y sostenible. En esta línea, recordó que “no puede haber transición verde sin crecimiento”. Quien tenga que tomar nota, que lo haga.

Otra cuestión, menos elevada: la sucesión de José María Roldán en la Asociación Española de Banca (AEB), donde el Santander tiene mucho que decir. Según José Antonio Álvarez, el proceso de selección de candidatos sigue abierto y no hay nada decidido. “Estaría muy bien que fuera una mujer”, exclamó Botín, a lo que Álvarez apuntilló: “Ana siempre dirá que es mejor que fuera una mujer”. Y para zanjar la cuestión, la presidenta afirmó: “Es algo que vamos a hacer por consenso”.

Un último apunte: la rueda de prensa celebrada este miércoles se podía seguir presencialmente, previa presentación del certificado Covid, o por Zoom, con una salvedad: las preguntas telemáticas no se podían hacer a viva voz, posibilidad que ofrece esta aplicación, sino enviándolas por correo electrónico, lo que, entre otras cosas, impide repreguntar o añadir algún matiz a la hora de platear las cuestiones.