Este Jueves Santo, 14 de abril -por pura casualidad coincidente con el aniversario de la lamentable II República- fue un jueves negro, lamentable, para España. Si alguien sabe interpretar el cantinflesco lenguaje de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), doña Christine Lagarde, el 1 de julio el BCE dejará de comprar deuda, tanto soberana como particular, de los país de  Eurolandia. Para no asustar, Lagarde dijo -o pareció querer decir- que el precio oficial del dinero subirá a finales de año.

Si pretendía exhibir gradualidad se trata de una gran tontería. Los tipos de interés ya están subiendo en la banca, por ejemplo en el euribor, y, además, los estímulos monetarios, o sea, la compra de deuda a mansalva, han generado una generación de políticos manirrotos, derrochadores, tipo Pedro Sánchez, que han emitido deuda pública a raudales, sabiendo que lo harían a bajo precio porque para esto estaba, allá en Francfort, el primo de Zumosol.

Es el peor escenario para España: en el tercer trimestre, el Banco Central Europeo... y a finales de año suben los tipos

Ahora bien, como esa deuda, como toda deuda, hay que pagarla, recordemos que cada medio punto más, significará 15.000 millones más de gasto por año, es decir, 15.000 millones más de impuestos, que pagaremos enterita y cuya amortización alcanzará hasta la próxima generación.

Pues bien, que dice Lagarde los tiempos del dinero fácil se acabaron. Y resulta que toda la política económica española, la del Desastre Nadia Calviño, estaba montada, precisamente, sobre este gran espejismo: que toda nuestra deuda la compraba el BCE.

Ahora tendremos que ofertar ya lo estamos haciendo, deuda a tipos más altos Es decir, que nos costará mucho más dinero endeudarnos.

La nueva era monetaria da miedo, porque España será una de los países más perjudicados, pero, al mismo tiempo, hay que defender... porque hay que salir del espejismo económico del siglo XXI, consistente en financiarlo todo con deuda estatal.

Y sí, es el peor escenario para España: en el tercer trimestre el BCE dejará de comprar deuda... y a finales de año suben los tipos. Esto significa que las empresas tendrán que desapalancarse a marchas forzadas y afrontar sus inversiones con más fondos propios y con ampliaciones de capital. Es lo mejor, sin duda, lo más ortodoxo, lo que nunca debimos dejar de hacer. Pero, sinceramente, no sé si estamos preparados.

Es bueno y había que hacerlo, pero para España, por culpa del derroche interesado de Pedro Sánchez, resultará un golpe letal

Y si resulta tan malo subir tipos, ¿por qué lo apoyas? Pues porque es bueno, y porque no se puede vivir eternamente sobe un espejismo, el espejismo monetario del dinero fácil, con una deuda inasumible, que deja al Gobierno que la ha gestado sin capacidad de maniobra y, sobre todo, deja a España a merced de los grandes fondos tenedores de deuda, convertida en un país esclavo de los mercados financieros de deuda, que, siendo todos malos, salvo al ahora minúsculo mercado primario, resultan los más dañinos de todos los mercados financieros.

Lo que anuncia Christine Lagarde el jueves 14, día de la República española, es el final de un espejismo: es bueno y había que hacerlo, pero para España, por culpa del derrochador Pedro Sánchez -que, lo concedo, no es el único derrochador de Europa-, es un golpe letal.

Significa que el 'Desastre Calviño' va a subir los impuestos y, con ello, va a retraer la economía española y, ojo, no creará otros puestos de trabajo que no sean burocráticos, es decir, nuevos funcionarios. Bueno, con el peso de la deuda, creo que ni eso. Recuerden la deuda pública ya roza el 120% del PIB, Pero eso sí, Calviño dice que la están conteniendo. Y lo dice sin despeinarse y con el euro cayendo frente al dólar... como era de esperar.