Primero, la noticia: el juez Manuel García-Castellón ha decidido exonerar al BBVA en el caso Villarejo de tal manera que la entidad, como persona jurídica, no pasará como imputada a la fase de juicio oral. Una buena noticia para el presidente del banco, Carlos Torres, que ya no tendrá que preocuparse de si tiene que ir a declarar como máximo responsable de la entidad y, por tanto, de cumplir la pena de telediario que supondría su entrada en el juzgado.

Buena para Torres, pero un revés importante para Jaime Caruana, que llegó al banco con la idea de ser presidente, y Andrés Torrecillas, vicepresidente de la entidad y, mucho antes, auditor de Sacyr cuando intentó el asalto al banco. cuyo objetivo era sustituir al presidente y al consejero delegado, Onur Genç, aprovechando el desgaste provocado por el caso Villarejo.

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La idea, como adelantó Hispanidad, era colocar a Caruana de presidente-chairman, acompañado de un joven Ceo que podría ser Jorge Sáenz-Azcúnaga o Jaime Sáenz de Tejada. La desimputación del banco, sin embargo, trastoca todo y podría suponer, incluso, que la entidad se personara como perjudicada en el caso.

Dicho de otra manera: el futuro de Carlos Torres se despeja todavía más. Él no tuvo nada que ver con Villarejo a pesar de que fue consejero delegado del banco entre 2015 y 2018, periodo en el que Villarejo siguió trabajando para el BBVA.

Torres no hizo nada y la culpa fue de Francisco González (FG), que seguirá como imputado. No estará solo y lo más probable que esté acompañado por Ángel Cano, Eduardo Arbizu, Julio Corrochano, Antonio Béjar y Pablo García Tobin, más conocido como Paul Tobin, entre otros.

En definitiva, la instrucción de la pieza BBVA-Villarejo llega a su fin con dos vencedores: Carlos Torres y el propio banco. Ninguno de ellos pasará como imputado -Torres nunca lo ha estado- y el presidente no tendrá, ni siquiera, pena de telediario: no deberá pasearse por la Audiencia Nacional 'en representación de'.