Como ya informara Hispanidad, Carlos Torres, una vez que, por fin se decidió a darle al juez García-Castellón la información que el magistrado solicitaba, saldrá indemne del caso Villarejo. Ahora bien, el daño que el comisario ha provocado en la reputación corporativa de la entidad ha sido grande, como enormes has sido las consecuencias del estilo de mando de Francisco González, uno de esos gestores que no confían ni en la sombra de su corbata y cuya frase favorita era la de "ese es un domesticador de hombres". 

FG, a la postre, tras un duro pulso con el BCE, decide retirarse y pacta otro presidente ejecutivo en la persona de Carlos Torres quien, por esta razón, nunca le ha sido simpático al regulador europeo. Por eso, por ser ejecutivo y por ser el que nominó FG. 

Pues bien, ahora tres años y medio después de la jubilación de González, tanto su salida abrupta como la contratación de Villarejo, allá por 2004, siguen trayendo de cabeza al segundo banco español y a su Consejo, donde al menos hay dos personajes que llegaron para ser presidente... o eso creían ellos: Jaime Caruana, del PP y José Manuel González-Páramo, del PSOE. 

Se trataría de que los cambios coincidieran con el final del caso Villarejo, aunque ya es sabido que Torres saldrá indemne

La situación actual es esta. Atención a esos dos nombres: el precitado Jaime Caruana, exgobernador del Banco de España, que llegó al consejo de BBVA gracias a que neutralizó la operación Sacyr y José Andrés Torrecillas, que era el auditor del enemigo Sacyr y tras la derrota de Luis del Rivero es fichado y premiado por el BBVA como consejero áulico: hoy es vicepresidente.

Pues bien, según fuentes del propio Consejo del BBVA, Jaime Caruana y Andrés Torrecillas preparan la salida del presidente Carlos Torres y del consejero delegado, Onur Genç. Se aprovechan de que, entre las innumerables virtudes del actual presidente, no se encuentra su capacidad de liderazgo.  

La idea es la siguiente: Jaime Caruana se convertiría en presidente no ejecutivo -chairman, tal y como desean el BCE para FG-, con un joven Ceo, a ser posible salido de la propia entidad. Apunten estos dos nombres: Jorge Sáenz-Azcúnaga, responsable de Hispanoamérica y Jaime Sáenz de Tejada, al frente de Riesgos. Se admiten apuestas, aunque yo apostaría por el primero, hijo de José Antonio Sáenz de Azcúnaga, un veterano del Banco Vizcaya y luego del BBVA. 

Al BCE no le gusta ni la Presidencia ejecutiva ni la inquietante presencia como Ceo de Onur Genç

Y no, al BCE no le gusta ni la Presidencia ejecutiva ni la inquietante presencia como Ceo de Onur Genç. Si el banco funciona pase, pero lo cierto es que empieza a haber agujeros y esa es la oportunidad del plan tejido por Jaime Caruana. Uno de ellos, el riesgo-país de Turquía. Otro la red en España que pasó de analógica a digital, es decir, de sólida a líquida y amenaza con quedarse en gaseosa. 

Se trataría de que los cambios coincidieran con el final del caso Villarejo, aunque ya es sabido que Carlos Torres saldrá indemne. Es más, Torres, muy consciente de lo que ocurre, no deja de repetir a sus próximos: "¿Y qué si me echan? Me iré forrado". Onur Genç se siente muy seguro gracia a la protección directa de Erdogan.

Además, el presidente del BBVA ya sólo hace caso de su cuñado, Javier Bardají, el número dos de Atresmedia. Pero la especialidad de Bardají no es la banca. O al menos, no es la de crear liderazgos bancarios. Y de esto es de lo que se acusa a Carlos Torres: de ser poco líder.

Como dice Torres: "¿Y qué si me echan? Me iré forrado". El presidente del BBVA ya sólo hace caso de su cuñado Bardají

En cualquier caso, los cambios se dispararán en el momento en el que haya sentencia sobre el caso Villarejo, que sin duda afectará a varios directivos del BBVA... aunque no a Carlos Torres. A Torres le afectan otras cosas y tiene otros enemigos.