Cuidar y reforzar la seguridad de las operaciones online, sí, pero sin descuidar la seguridad presencial
El bonus de hasta el 200% del fijo que podrán cobrar unos 350 directivos del BBVA ha colmado la paciencia de la plantilla que integra la red en España. Pero no porque suponga mucho dinero, sino porque los empleados de las oficinas no se han visto recompensados tras un beneficio récord del grupo de 6.420 millones de euros y de 1.678 millones en España, un 8,4% superior al de 2021.
Y eso agravado por las palabras de Onur Genç durante la presentación de resultados, en las que insistió en la importancia de la red para la consecución de los resultados. “Creo que se sienten orgullosos por estas cifras”, afirmó. Efectivamente, orgullosos… y muy cabreados porque su esfuerzo no ha merecido más recompensa que las frías palabras del turco, poco útiles para llegar a fin de mes. Los accionistas percibirán un buen dividendo, los directivos un bonus del 200% del fijo, pero ellos…
La sensación de abandono se agudiza por la incomparecencia del presidente y del CEO. Carlos Torres -lo vimos (again) en la presentación de resultados- está obsesionado con la descarbonización del planeta. Ha convertido la sostenibilidad en el eje fundamental de la estrategia del banco, incluso por encima de la digitalización, que ya es decir. Los problemas de la plantilla, si no son de descarbonización, no le interesan. Y eso en un banco mimado por los analistas y el más vigilado por el BCE.
Onur Genç, por su parte, y tras cuatro años como CEO del Grupo, sigue siendo el gran desconocido de la plantilla. Por eso, sus palabras de apoyo les suenan vacías y lejos de reconfortarlos, les cabrea más todavía. A estas alturas, nadie espera nada de Genç, salvo el anuncio de su salida del banco... y quién sabe si el fichaje de Juan Antonio Alcaraz.
En este contexto, y a poco más de un mes para la celebración de la Junta General de Accionistas, donde los empleados suelen ser muy activos, la figura que emerge es la del consejero delegado de BBVA España, Peio Belausteguigoitia, banquero de la vieja escuela, más presencial que digital que, no obstante, tiene ante sí el reto de apaciguar los ánimos de la plantilla patria. Porque a estas alturas de la película, nadie tiene claro cuál es el modelo de banca digital, esto es, cuántas oficinas y cuántos empleados requiere.