Bayer, como saben, redujo sus pérdidas un 98,5% en los nueve primeros meses, pero sin renunciar al negocio de la muerte (eso sí, vendió menos DIU y los mismos anticonceptivos). Claro que el hecho de que la vuelta a beneficios esté más cerca no ha calmado a los accionistas, pues la acción del gigante químico y farmacéutico alemán se ha depreciado un 52% en los últimos cinco años: ahora se enfrentará a la judicialización de su gestión empresarial.

En el caso del glifosato, Bayer ha recurrido ante el Supremo de EEUU y acumula 13.700 millones en provisiones

Y es que los accionistas se han querellado contra Bayer por la compra de Monsanto, la cual se anunció en 2016 y se completó en 2018, según ha anunciado el bufete de abogados Tilp y el proceso se iniciará en el Tribunal Regional de Colonia, como ha informado ABC. En concreto, aluden a errores graves en la comunicación y a negligencia en la información sobre los riesgos económicos de dicha operación y se consideran engañados.

La judicialización de la gestión empresarial es tan negativa como la judicialización de la política. Los accionistas tendrían otras opciones mejores para mostrar su descontento: irse, o bien quedarse y pedir el cese de los responsables (es decir, de los consejeros)

Un nuevo lío judicial que llega, curiosamente, después de que Bayer obtuviera una pequeña primera victoria en el caso del glifosato (el principio activo potencialmente cancerígeno del herbicida RoundUp que pasó a poseer al comprar Monsanto) tras muchas derrotas: un jurado de California ha que el uso de dicho herbicida no originó el linfoma de la demandante y absolvió al gigante químico y farmacéutico alemán. Una pequeña victoria en un asunto judicial en el que acumula muchas demandas y de hecho ha llegado a recurrir al Tribunal Supremo de EEUU por las indemnizaciones y ya acumula 13.700 millones de euros en provisiones. Y recuerden que en julio de 2020 fue condenado a pagar casi 10.000 millones en indemnizaciones a 30.000 demandantes, con lo que zanjaría el 75% de las denuncias.

Volviendo a la denuncia de los accionistas, conviene destacar que la judicialización de la gestión empresarial es tan negativa como la judicialización de la política. Además, parece que se han tomado su tiempo para hacerla y tendrían otras opciones: dejar de ser accionistas, o bien quedarse y pedir el cese de los responsables (es decir, de los consejeros).

Paralelamente, Bayer se ha caído de la carrera de las vacunas contra el Covid. Y es que ha cancelado el contrato que tenía con la alemana Curevac (biotecnológica participada por Bill Gates) tras fracasar en el desarrollo de la vacuna de ARNm y después de que Curevac se centrara en la vacuna de segunda generación junto a la mpresa británica de productos farmacéuticos, productos de cuidado dental y de cuidado de la salud GlaxoSmithKline (más conocida como GSK).