Bayer cierra sus líos judiciales a golpe de talonario. En concreto, ha pagado 1.350 millones de euros por el caso del Essure y podría ofrecer más de 10.000 millones en el del glifosato, este último es la principal clave del valor, según los analistas del Banco Sabadell, porque la compensación supone el 17% de la capitalización.

El gigante químico y farmacéutico alemán tenía 39.000 demandas por el dispositivo anticonceptivo Essure, un microinserto con forma de espiral que se colocaba en las trompas de Falopio provocando su oclusión. Essure dejó de comercializarse a finales del año pasado, tras causar graves lesiones en mujeres: perforación del útero (a algunas se lo tuvieron que extirpar) y las trompas de Falopio; dolores abdominales, pélvicos y musculares; complicaciones en la regularidad de menstruaciones, etc. Unos daños que denunció la popular activista Erin Brockovich (muy conocida después de que Julia Roberts la interpretara en una película que lleva su nombre). 

Bayer insiste en el negocio de la muerte, pues continúa vendiendo DIU y pastillas anticonceptivas (potencialmente abortivas), que representan el 12% de la facturación de su negocio farmacéutico

Bayer recibió denuncias por el Essure en EEUU, España y Australia, entre otros países. Ahora presume de haber llegado a un acuerdo con el 90% de los demandantes por 1.350 millones, algo que no tendrá un impacto en sus cuentas, pues provisionó 1.250 millones en segundo trimestre para este asunto, y ahora negocia con el 10% restante.

Al gigante químico y farmacéutico alemán le preocupa mucho más el caso del glifosato, debido al herbicida cancerígeno RoundUp, donde acumula más de 125.000 demandas. Un problema que adquirió al comprar Monsanto y que le está saliendo caro, pues ya le ha provocado pérdidas en el primer semestre. Eso sí, el coste será mayor porque el juez ha rechazado la propuesta inicial de abonar una compensación de entre 9.100 y 9.800 millones, y ahora deberá elevarla a más de 10.000 millones.

Paralelamente, conviene recordar que Bayer insiste en el negocio de la muerte, pues continúa vendiendo DIU y pastillas anticonceptivas (potencialmente abortivas), los cuales representan el 12% de la facturación de su negocio farmacéutico. Y ojo, estos productos no han estado exentos de denuncias: en concreto, las pastillas anticonceptivas Yaz, Yazmin y Yasminelle fueron denunciadas hace unos años en Italia y Alemania por los riesgos y reacciones adversas que provocan, sobre todo embolia y trombosis.