Alemania ha rectificado, por fin, el apagón nuclear, aunque lo ha hecho en parte. ¿El motivo? El contexto de crisis energética y el negro invierno que se le avecina con la reducción del suministro de gas ruso (que en estos momentos está interrumpido a través del gasoducto Nord Stream 1 y Rusia presiona diciendo que estará así hasta el fin de las sanciones). En este contexto, muchos países -también dentro de Europa- apuestan por la energía nuclear, que garantiza el suministro y casi no emite CO2, aunque no gusta a la vicepresidenta ecológica española Teresa Ribera.

El vicecanciller alemán, ministro de Asuntos Económicos y Acción por el Clima, y miembro del partido Alianza 90/Los Verdes, Robert Habeck, se ha rendido al sentido común. Y es que ha anunciado que acepta prolongar al menos hasta finales de abril la actividad de dos de las tres centrales que operan en el país (concretamente las de Isar 2 y Neckanwestheim), manteniéndolas disponibles para usarlas como fuente de respaldo del sistema eléctrico en caso de emergencia; y que se desconectará la de Emsland a final de año. Una rectificación a la que se abrió hace unas semanas, el propio canciller, el socialdemócrata Olaf Schoz, afirmando que “puede tener sentido” retrasar el apagón nuclear, mientras Habeck se negaba y prefería el gas y el carbón, que emiten muchísimo más CO2 que la nuclear.

Ribera señaló que “en Europa ya prácticamente nadie habla de crear más nucleares”, algo que es mentira y así lo demuestran Francia, Polonia, Países Bajos y República Checa, entre otros 

Ahora Habeck ha cedido, aunque desde el diario alemán Bild le han dedicado un duro artículo de opinión titulado “Habeck juega con nuestro país”, donde se refiere que “los Verdes valoran más la ideología que la seguridad energética de Alemania”. En dicho diario se critica que durante semanas tardó en decidir sobre el futuro de las centrales, pero ahora tienen claro el motivo: “Habeck estaba considerando una maniobra política para no ofender a sus amigos del partido, en la que permitía que las centrales siguieran funcionando, como lo exigían los expertos, la oposición y el FDP (el Partido Democrático Libre, es decir, el partido liberal). Después de todo, hay una campaña electoral en Baja Sajonia”. Ojo, conviene tener en cuenta que el apagón nuclear en Alemania viene de lejos: se lanzó en el año 2000 siendo canciller el socialdemócrata Gerhard Schröeder (ahora convertido en ‘apestado’ por sus vínculos con Rusia -preside la petrolera rusa Rosneft- y su amistad con Vladimir Putin), y después lo recuperó la democristiana Angela Merkel en 2011, tras el accidente nuclear en la central de Fukushima (Japón), tras un terremoto y un tsunami.

En España existe un calendario de cierres progresivo para los siete reactores nucleares operativos entre 2027 y 2035, pero desde el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico no se plantea la revisión, por ahora, porque queda tiempo y se considera que la crisis energética actual es coyuntural (se la adjudican a Putin). No es ningún secreto que a Ribera no le gusta la nuclear: de hecho, la semana pasada hacía gala de demagogia afirmando que “si fuera por los dueños ya las habrían cerrado”... olvidando decir que les asfixian a impuestos; y el pasado lunes, en una entrevista en Expansión, refirió que “el debate sobre la prolongación de la vida útil de las que ya existen está tutelado más por los tecnólogos que por los propietarios de las instalaciones” y pidió que explicarán quién tiene que asumir los costes de los mayores residuos radioactivos que generen. Pero por si esto no bastara, la vicepresidenta tercera señaló que “en Europa ya prácticamente nadie habla de crear más nucleares”, algo que es mentira, y para defender su tesis añadió que “el coste de una nueva central es muchísimo más elevado que las alternativas de renovables”. Y decimos que es mentira porque son muchos los países europeos que están apostando por construir nuevas nucleares: Francia, Polonia, Países Bajos, República Checa, entre otros. Es más, en todo el mundo, más de 30 países han anunciado la construcción de 429 nuevas centrales nucleares, como informa El Mundo, y China es el que apuesta por levantar el mayor número.

En el Pleno del Senado celebrado este martes, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha subrayado que “de 13 países europeos que tienen nucleares, España es el único que no ha reconsiderado el plan de cierres”.