Alcoa no se cansa del chantaje a España... para tener más ayudas públicas, y quiere aprovechar que al tercer Gobierno Sánchez le encantan las multinacionales extranjeras y también lo de dar subvenciones a diestro y siniestro. Ahora, tras quintuplicar pérdidas, desplomar resultado bruto de explotación (ebitda) y reducir ingresos en 2023, ve difícil reactivar la electrólisis en la planta de San Ciprián (Cervo, Lugo).

Hace poco más de un mes, decíamos que el mayor productor estadounidense de aluminio pedía más ayudas, tras frenar las inversiones necesarias para reactivar la producción de aluminio primario en enero de este año, tal y como se comprometió. El reinicio pactado contemplaba tener reanudada la actividad de 32 cubas de electrólisis en abril, llegando a la normalidad en la segunda mitad del año, pero Alcoa lleva muchos meses proponiendo dilatar la vuelta al 100% hasta octubre de 2025, o sea, ¡21 meses! Eso sí, manteniendo empleos... a cambio de paz social.

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Ahora, tras conocerse que ha quintuplicado pérdidas en 2023, alcanzando unas de 500 millones de euros, y la previsión de perder 200 millones este año, el panorama no pinta bien. Asimismo, sólo en la planta de San Ciprián se han perdido unos 138 millones en ebitda, pero se debe tener en cuenta que la refinería de alúmina funciona al 50% de su capacidad desde el verano de 2022 y que se paró la producción de aluminio primario. El CEO de Alcoa, Bill Oplinger, ha referido que la caja y las líneas de crédito de San Ciprián no alcanzan para cumplir con la reactivación pactada y ha abierto la puerta al cierre de la planta de alúmina: “Llegados a este punto estamos explorando todas las opciones”. Eso sí, “si elegimos ir a un cierre total, tendríamos que pasar el proceso de negociación con los sindicatos”, ha añadido.  

Desde el comité de empresa de San Ciprián, su presidente, José Antonio Zan, ya ha respondido a Alcoa: “Si no quiere continuar, pues que deje paso a otro”. Y se teme que en España suceda lo mismo que en Australia: “Solicitaron en diciembre el apoyo del gobierno para la ampliación de la mina. Y una vez que se la concedieron, al mes siguiente despidieron a todos los trabajadores de la factoría de Kwinana”, una refinería de alúmina con 800 empleados. Alcoa presume de reducción gradual de plantilla, pero lo cierto es que tendrá unos 250 trabajadores en el tercer trimestre, cuando cesará la producción de alúmina, y unos 50 dentro de un año. Y en caso de que la multinacional no cumpla lo prometido, no descartan dar batalla judicial por el “engaño masivo”. 

La consejera de Economía, Industria e Innovación, María Jesús Lorenzana, se ha mostrado “seriamente preocupada” tras las advertencias de Alcoa y pidió que “traslade con transparencia qué tiene pensado hacer”, y que “comunique” tanto al Gobierno gallego como al español “qué apoyos precisa de ambos”. Recuerden que desde el Ministerio de Industria se van a lanzar la primera convocatoria del Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica (PERTE) de la descarbonización, dotada con 500 millones de euros en préstamos y otros 500 millones en subveciones.