• Un golpe sigue a otro: del escándalo de los coches trucados a una transición hacia el coche eléctrico.
  • El pacto con los sindicatos afecta a la marca principal y prevé un ahorro anual de 3.700 millones.
  • WV aspira a la rentabilidad: ha perdido la mitad de su valor en bolsa y unos 20.000 millones por el diselgate.
  • Seat sigue su propio camino hacia el beneficio y la patronal catalana reconoce la labor de García Sanz.
A falta únicamente de que Volkswagen dé los detalles, ya ha saltado a la prensa germana el drástico recorte de plantilla en la marca principal del grupo alemán. La reestructuración afectará a 30.000 trabajadores (el 4,8% de la plantilla) hasta 2021 y responde al objetivo de la multinacional de aumentar la rentabilidad tras el escándalo de las emisiones diésel. La decisión, no obstante, según fuentes del sector, no afecta a Seat, la filial española de VW, una de las marcas más dinámicas del grupo. Paradójicamente, el mal trago en VW coincide en el tiempo con el reconocimiento por la patronal catalana a Francisco Javier García Sanz, presidente del Consejo de Administración de Seat y miembro del consejo de dirección del Grupo Volkswagen. Foment del Treball le acaba de conceder la Medalla de Honor al Empresario del Año. Tampoco afectará a otras marcas, según las mismas fuentes, con buen comportamiento en ventas, como Audi o Porsche. El recorte se centra en la marca principal, la única que retrocede en ventas, como ya mostraban los resultados hasta septiembre tercer trimestre, la excusa empleada por el presidente, Matthias Muller (en la imagen), para avanzar más de la estrategia del fabricante hacia la movilidad sostenible. Dicho de otro modo, una transición hacia los coches eléctricos y autoconducidos, que empieza a concretarse. El golpe de gracia está en el dielselgate, tras el cual la acción de la multinacional se despeño en bolsa. La cotización se desplomó de 180 a 92 euros en septiembre de 2015, aunque el golpe ya venía de atrás. En marzo del año pasado cotizaban a 255 euros frente a los 117 de ahora. La evolución en bolsa ha corrido en paralelo al coste derivado del escándalo, en torno a 20.000 millones de euros, vía provisiones o para indemnizaciones a los afectados por los coches trucados. El acuerdo pactado con los sindicatos prevé un ahorro anual en costes de 3.700 millones de euros, pero implica el despido de 23.000 trabajadores sólo en Alemania, aunque evitando los despidos forzosos. Otros países afectados son EEUU, Brasil y Argentina. A cambio, VW creará 9.000 nuevos empleos (1,4% de la plantilla) con sus inversiones en tecnología de coches eléctricos. Los coches eléctricos se fabricarán en las plantas germanas de Zwickau y Wolfsburgo; los motores eléctricos, en Kassel, las células de las baterías, en Salzgitter. Y las baterías para coches eléctricos e híbridos, en Brunswick. "El mensaje más importante es que los puesto de la principal fuerza de trabajo están seguros", ha dicho este viernes el jefe del consejo de trabajadores, Bernd Osterloh, en Wolfsburgo. Con el recorte de empleo y de ahorro de costes, el grupo pretende aumentar el margen operativo de la marca del 2% al 4%, aunque sigue por debajo del 6% del objetivo que se han marcado sus rivales europeos (Renault o Peugeot) en el mismo año al que mira VW, 2025. Rafael Esparza