• El presidente chavista pide poderes especiales al Parlamento, por segunda vez en su mandato, para dictar leyes por decreto.
  • La excusa: la presión de Obama contra Venezuela, a la que considera "una amenaza a la seguridad nacional".
  • Lo único que pretende Maduro es que la crisis económica que atraviesa el país pase a un segundo plano.
  • La Casa Blanca ordena sanciones contra siete altos cargos "responsables de la erosión de los derechos humanos".
  • La reacción de Maduro ha sido elevar a uno de ellos a ministro de Interior, Justicia y Paz, y hará lo mismo con otros dos.
  • Desde Cuba, Fidel Castro defiende al venezolano: "Tus palabras pasarán a la historia como prueba de que la humanidad debe conocer la verdad".

Con todo lo que está cayendo en Irak y Siria (léase, atrocidades de toda índole del Estado Islámico) no debería ser Venezuela precisamente el mayor problema de la política internacional. Pero está en el sello de toda dictadura hacerse fuego contra el "enemigo". De algún modo, Nicolás Maduro está repitiendo el discurso de su mentor, Hugo Chávez, contra el 'imperialismo americano', o que ha repetido hasta la saciedad Cuba con el bloqueo americano. El fin, en todos los casos, es el mismo: tapar las vergüenzas internas aprovechando una amenaza.

Maduro ha aprovechado que Obama, "ese representante de la élite imperialista de los Estados Unidos" (sic), declare a Venezuela como "una amenaza para la seguridad nacional y política exterior" para pedir al Parlamento -a través de un discurso al país- poderes especiales con los que responder al paso "más agresivo, injusto y nefasto". En otras palabras, para endurecer todavía más la dictadura chavista.

Esos poderes especiales, que el presidente venezolano pedirá este martes a la Asamblea Nacional, que controla con mayoría, le permitirán dictar leyes "para preservar la paz y proteger la soberanía de Venezuela" frente a las "injerencias" americanas. Al fin y al cabo, un eufemismo como otro cualquiera para acorralar más todavía a la oposición política, a la que ha vuelto a acusar de golpista, y paliar el creciente malestar social por la ausencia de productos básicos (si lo prefieren: que la crisis económica que atraviesa el país pase a un segundo plano). Esa "ley habilitante" permitirá a Maduro, por segunda vez en su mandato, dictar leyes por decreto.

Maduro sale así al paso de las sanciones impuestas el lunes por la Casa Blanca contra siete funcionarios del país, altos cargos de seguridad y justicia del Gobierno chavista, a los que considera "responsables de la erosión de los derechos humanos". Además, el presidente ha decidido elevar a unos de esos funcionarios sancionados, el general Gustavo Enrique González López, como nuevo ministro del Interior, Justicia y Paz.

Fidel Castro, que se reserva para los grandes momentos, ha reaccionado de inmediato al "brillante y valiente" discurso de Maduro "frente a los brutales planes del Gobierno de EEUU". La retórica revolucionaria no tiene desperdicio: "Tus palabras pasarán a la historia como prueba de que la humanidad puede y debe conocer la verdad", señala Castro en una breve carta publicada este martes por el diario oficial del comunismo cubano Granma.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com