• El ex presidente español visita al opositor encarcelado Ledezma y pide "dialogar, recomponer, reconciliar y reconstruir instituciones".
  • Pero el presidente chavista reacciona insultado a González y acusándole de "apoyar el golpe contra Venezuela".
  • Y para no dar la cara ante el Papa Francisco, el pseudo-dictador venezolano aduce problemas de salud y no viaja a Roma.
El ex presidente del Gobierno español Felipe González llegó a Venezuela en un vuelo procedente de Bogotá para sumarse a la defensa judicial de los opositores venezolanos Antonio Ledezma y Leopoldo López, encarcelados por el régimen chavista. A su llegada al aeropuerto de Caracas, González fue recibido por la esposa de Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, y la madre de Leopoldo López, líder del partido opositor Voluntad Popular. El ex presidente español logró visitar anoche a Ledezma, que se encuentra bajo arresto domiciliario por motivos de salud. A la salida del encuentro, dijo González: "Finalmente, con la autorización hicimos el encuentro muy grato y muy cordial. Tanto el alcalde Ledezma como yo mismo creemos que en Venezuela falta diálogo para resolver los problemas, que ya hay un compromiso del presidente (Nicolás) Maduro de (organizar) elecciones (legislativas), hay que dialogar, recomponer, reconciliar y reconstruir instituciones", según Infobae. González también tiene previsto reunirse con López, que desde febrero de 2014 permanece recluido en una cárcel militar de las afueras de Caracas, acusado de instigar las protestas que desembocaron en la muerte de 43 personas. No obstante, el Gobierno venezolano ya ha impedido la entrada en la prisión a otros ex presidentes, como el colombiano Andrés Pastrana, el chileno Sebastián Piñera y el boliviano Tuto Quiroga. Hace semanas, Felipe González advertía al Gobierno venezolano que no le puede impedir participar en la defensa de los líderes opositores: "El mundo de las libertades, de la democracia y de los derechos humanos supera con mucho la frontera de Venezuela y, además, obliga a Venezuela", afirmó. Así, Felipe González, con gran prestigio en Hispanoamérica, pone contra las cuerdas al régimen chavista por la notoriedad que está alcanzado su viaje y sus declaraciones. Por su parte, Nicolás Maduro, en una reacción típica de los dictadores, se escabullía de un viaje a Roma donde iba a ser recibido por el Papa Francisco, alegando problemas de salud, para no tener que oír de boca del Pontífice su intercesión por los opositores políticos, tal y como explica El País. Eso sí: la pseudo-dictadura de Nicolás Maduro ha organizado una campaña contra la presencia de González en el país, cuyo viaje fue impedido hace 15 días. El Parlamento venezolano ha declarado persona non grata al ex presidente español, mientras que, poco después de su llegada, el Tribunal Supremo emitía un comunicado rechazando "toda acción extranjera injerencista en asuntos judiciales". El chavismo ha convocado a sus simpatizantes a manifestarse en señal de rechazo por la visita y la televisión estatal promueve el uso del hashtag "#Felipefueradeaquí". Maduro acusaba al ex presidente español de "apoyar el golpe contra Venezuela". José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com