Ryanair ha cancelado finalmente 158 vuelos por la huelga europea de sus tripulantes de cabina, a la que se han sumado también los alemanes. El efecto en España, en concreto, afecta a 64 vuelos, el 40% del total, con dos aeropuertos especialmente perjudicados: Valencia (18) y Alicante (10). El desafío de los trabajadores llega así hasta el final con seis países (también en Bélgica, Holanda, Portugal, Italia) y a pesar de las maniobras de distracción de Michel O’Leary, que se resiste como gato panza arriba a adaptarse a las legislaciones nacionales.

De nada han servido las exigencias de Bruselas en ese sentido -o lo que es lo mismo, que deje de aplicar la legislación irlandesa en otros países-, mientras quiere seguir siendo rentable a costa de maltratar al cliente y al trabajador.

La irlandesa ha desoído a Bruselas, inflexible para cambiar su ‘rentable’ modelo de negocio: pagar menos para ganar más

En el caso español, más en concreto, el efecto se medirá en 32 conexiones de ida y vuelta, de las 78 en total. Baleares es la segunda comunidad más afectada, después de la valenciana (14 vuelos, siete conexiones), y sigue: Gerona y Madrid, con cuatro vuelos y el resto con dos 2 (Barcelona, Málaga, Sevilla, Jerez, Tenerife, Santander y Zaragoza).

Ryanair había pensado cancelar 190 vuelos, cifra que ha rebajado a 158, de los que habrá que añadir entre 35 y 45 en Alemania, después de que el sindicato Vereinigung Cockpit se haya sumado también a la convocatoria.

En el entretanto, la compañía ha mantenido el pulso, bien echando tierra sobre los pilotos de la competencia -Norwegian, TAP, Eurowings, KLM o Aer Lingus-, a acusa de alimentar la huelga, y sobre los sindicatos, en España USO y Sitcpla.