Renfe ha vuelto a pérdidas en el primer trimestre, que antes de impuestos se han situado en 57 millones de euros (de los que 50,9 millones procedieron de la división de viajeros), y ha bajado sus ingresos un 17,7%, hasta los 274,4 millones, frente a los 333,3 millones del mismo periodo de 2019. Unos números que se deben al parón del transporte por el estado de alarma y que hacen prever que 2020 no será un buen año, pese a que ha creado una página web de buenas noticias (‘Hay luz al final del túnel’) parece que la compañía protagonizará pocas. 

Conviene señalar que el operador público ferroviario que preside Isaías Táboas ya bajó bastante sus ganancias en 2019, cuando se situaron en 86 millones (-30%), frente a los 111,4 millones de un año antes, a pesar del aumento de ingresos (4.021 millones, un 1,1% más). Y a los resultados del primer trimestre del año, se suman otros motivos que hacen prever que este año no será bueno, pues se acaba de empezar la ‘desescalada’ y la recuperación del transporte llevará mucho tiempo.

En 2019, Renfe redujo sus ganancias un 30%, hasta 86 millones, a pesar del aumento de ingresos (4.021 millones, un 1,1% más)

De hecho, el ministro del ramo, José Luis Ábalos, señaló que la crisis del coronavirus afecta a las empresas públicas que dependen de su Departamento: “Sus datos de movilidad, de viajeros y de ingresos han bajado muchísimo y, en consecuencia, deben acomodar sus servicios y su actividad inversora a la nueva situación”. Por ejemplo, ahora circula un tercio de los trenes AVE y Larga Distancia y lo hacen a un 30% de su capacidad; también se modificará el contrato que tiene con Ferrovial para no perjudicar a 2.000 empleados, que ahora asignarán plazas y asesorarán a los viajeros (antes eran los encargados de cafetería, restaurante, atención a viajeros, reparto de prensa y auriculares), por lo que el importe del contrato (unos 400 millones) bajará.

Los viajeros de Renfe han bajado entre un 17% y un 19% en el primer trimestre. En concreto, los de AVE se han situado en 4,1 millones (-16,9%); los de Larga Distancia, en 2,12 millones (-18,7%); y los de Cercanías, en 99,8 millones (-19,1%). Estos últimos y los regionales son los llamados Obligaciones de Servicio Público (OSP) y por ello, reciben una aportación del Estado, que entre enero y marzo ha sido de 333,6 millones. Eso sí, el parón del transporte ha tenido una consecuencia positiva: su principal gasto -el canon que paga a Adif por el uso de vías, estaciones e infraestructuras ferroviarias- ha bajado a 297 millones (-3,5%). Y ojo, porque el año pasado, Adif Alta Velocidad cerró con menores pérdidas -179,2 millones (-20%)- y unos ingresos del canon de unos 610 millones, pero su deuda sigue siendo muy alta y se elevó un 4%, hasta 16.085 millones.

Renueva y modifica el contrato con Ferrovial para no perjudicar a 2.000 empleados, que tendrán tareas distintas (sólo asignación de plazas y asesoramiento de viajeros) y bajará su importe, que antes era de unos 400 millones

El operador público ferroviario ya ha devuelto el dinero de 800.000 billetes anulados, que se habían comprado entre mediados de marzo y el 11 de mayo. También se ha retrasado el estreno de AVLO (el AVE low cost se iba a lanzar, en un principio, el pasado 6 de abril) y podría alterarse el calendario del AVE de Texas (Renfe se encarga de la operación, que estaba prevista para 2026, mientras la construcción iba a empezar a finales de año), como avanzó La Razón, un proyecto internacional con el que prevé compensar el descenso de ingresos que provocará la liberalización del AVE en España, que empezará el próximo diciembre. Además, Talgo ha anunciado que retrasará más de un año los nuevos trenes que Renfe le encargó en 2016 y que llegarán en el cuarto trimestre de 2021.

Paralelamente, este lunes, Mafex (la Asociación Ferroviaria Española) ha remitido una carta a los ministros de Transporte, Industria y Economía donde presenta su posicionamiento ante el impacto de la crisis del coronavirus en su sector y recoge las principales medidas propuestas por la industria ferroviaria para apoyar al sector y paliar cuanto antes los efectos de la crisis.