Decíamos ayer… Tarde y mal, ciertamente, pero el líder del Partido Popular, Pablo Casado, secundó a Vox y ha llevado al Tribunal Constitucional (TC) la Ley de Educación del Gobierno Sánchez, la Lomloe, conocida como Ley Celaá.

Como siempre, Pablo Casado lo hace tarde y mal y, lo que es peor, de forma vergonzante.

Tarde y mal, el PP secunda a Vox: llevará la ley Celaá al Constitucional con un recurso forzado, vergonzante y vago. No opone alternativas: ni el cheque escolar ni el PIN parental

Asegura el PP que la ley vulnera la libertad y no defiende el español como lengua vehicular. Ahora bien, el recurrente no define en qué consiste esa vulneración de la libertad. Vamos a ver: libertad de enseñanza consiste en que los padres pueden elegir cuál es la formación  religiosa que se le ofrece a su hijo en el cole. Sí, religiosa, porque todo lo demás viene por añadidura. Cada cual tiene su cosmovisión, que es cosmovisión religiosa -también los ateos y agnósticos- y, por tanto, la libertad de enseñanza radica en que los niños no escuchen en la escuela lo contrario de lo que viven en casa.

Otra cosa es en qué se concreta esa libertad de enseñanza. Y aquí, nuevamente, Casado se avergüenza de sus propios principios cristianos. Este es el drama del líder del PP y esa es la razón del triunfo por aclamación popular de Isabel Díaz Ayuso, en Madrid.  Curiosamente, Ayuso es una líder de escasísima formación cristiana, y que viene de la progresía de derechas.

Hablo con uno de los ponentes de educación del PP y me dice que entrar en cuestiones como el cheque escolar o el pin parental, es decir, las concreciones de esa libertad de enseñanza que evoca el PP, sería como hacer seguidismo de Vox -lo que, al parecer está prohibido en Génova- y, además, no es propio de un recurso jurídico.

Pues no es esto lo que piensa la progresía de izquierdas, que utiliza los tribunales para marcar territorio ideológico y, así, aunque pierda el fallo siempre vence políticamente.

Pablo Casado sólo gana en las encuestas cuando el resto pierde o cuando le sale un ‘traidor’ a su adocenamiento: ejemplo, Ayuso

Las mismas fuentes se niegan a entrar en el segundo gran error de la Lomloe: que no premia el esfuerzo… del alumno trabajador. Vamos, que va a engrosar las miríadas de vagos que existen en España, cuyo principal objetivo es vivir de la solidaridad, es decir, de la subvención pública que pagan los esforzados.

La argumentación del PP se queda en la defensa del español como lengua vehicular. Que no dudo que no sea una cuestión importante pero menos que lo anterior y, además, menos urgente.

Por no entrar, el PP no entra ni en la defensa directa de la enseñanza concertada, que en España es, ante todo, enseñanza llevada por religiosos (otra cosa es que sea enseñanza católica pero esto, como el valor a los militares, se les presupone). Es decir, que más que anticristiana, con vergüenza lo digo, la Lomloe es anticlerical.

Ni tampoco se fija el recurso en la enseñanza diferenciada, que el PP de Casado, trufado de feministas, no defiende.

En definitiva, un recurso forzado, vergonzante y vago. Imagen misma de Pablo Casado que sólo gana en las encuestas cuando el resto pierde o cuando le sale un ‘traidor’ a su adocenamiento: ejemplo, Ayuso.