La bombona de butano de 12,5 kilogramos tendrá el próximo martes su primera subida en lo que va de año tras meses de bajadas y precio congelado. Y es que durante el primer estado de alarma (del 14 de marzo al 21 de junio) se suspendieron las revisión de precio que se hacen cada dos meses, y en las que sólo se puede abaratar o encarecer un máximo de un 5%.

En esta ocasión, subirá un 4,9%, hasta 12,68 euros, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Este aumento se explica por la subida de la cotización internacional de la materia prima (en casi un 20%), y de los fletes (+8%). Una situación que contrasta con la de meses anteriores, pues en la revisión del precio que se hizo en septiembre, se decidió que bajara un 5%, hasta 12,09 euros, como pasó en julio, cuando también bajó su precio 5%, hasta 12,71 euros. Eso sí, la bombona de butano sigue siendo mucho más barata que en enero, cuando costaba 13,37 euros, o respecto a los máximos que registró estando Mariano Rajoy (17,50 euros) y José Luis Rodríguez Zapatero (15,19 euros) en La Moncloa.

Sube un 4,9% a 12,68 euros, pero sigue siendo mucho más barata que en enero (13,37 euros) o en marzo de 2014 (17,50 euros)

Asimismo, no hay que olvidar que ninguna fuente de energía es más barata, pues en este caso el cliente sólo paga por lo que consume, es decir, no los costes del denominado midstream (transporte, almacenamiento y comercialización al por mayor de productos crudos o refinados derivados del petróleo). En España hay unos ocho millones de hogares que consumen la bombona de butano de 12,5 kilogramos. Y como ya contamos en Hispanidad, además del precio y del pago por consumo, la bombona de butano tiene otras ventajas: versatilidad (permite distintos usos -agua caliente, cocina, calefacción-), un alto poder calorífico y se puede mover.

España es una excepción en el panorama europeo, pues el Gobierno lleva años fijando un precio regulado, aunque la fórmula matemática para hacerlo ha ido cambiando. Mientras en otros países, por ejemplo, Portugal, este negocio se ha liberalizado. Esto es algo que en más de una ocasión ha pedido la Asociación Española de Operadores de Gases Licuados del Petróleo (AOGLP), pues la liberalización permitiría la entrada de nuevos competidores, beneficiando al consumidor, el cual podría elegir entre distintas ofertas de precios; e incluso, hace más de uno año, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) abrió la puerta a que el Tribunal Supremo pudiera forzar la eliminación del precio regulado, como informó El Economista. En nuestro país, Cepsa es el segundo mayor vendedor de butano y propano tras Repsol, pero lo acaba de poner a la venta: otra muestra del troceo que ha emprendido su segundo accionista (el fondo Carlyle)