En Cepsa, el fondo de inversión estadounidense Carlyle sigue a lo suyo un año después de entrar en el capital, o sea, que no ha perdido de vista su objetivo inicial: el troceo. Ya saben, está convencido de que la suma de las partes vale más que el todo. Ahora es la división de gas licuado del petróleo (que agrupa el negocio de butano y propano) la que está en venta, según ha informado Cinco Días.

La petrolera es propiedad de Mubadala -fondo soberano de Abu Dabi- y de Carlyle, dueños del 61,5% y del 38,5%, respectivamente. Unas posiciones que prácticamente no han cambiado, pues el fondo estadounidense entró en Cepsa al hacerse con el 37% a mediados de octubre del año pasado y colocó a dos de sus hombres (Philippe Boisseau y Marcel Van Poecke) en los sillones de CEO y vicepresidente, y pronto elevó su participación un 1,5% adicional, hasta el 38,5%.

El troceo oficial comenzó el pasado diciembre, cuando vendió la filial panameña a la compañía suiza Minerva Bunkering. Ahora, en un año en el que el coronavirus está lastrando las cuentas de todas las petroleras por las restricciones de movilidad y su impacto en los precios del crudo, de hecho, Cepsa ha perdido 841 millones hasta junio y presentará los resultados de los nueve primeros meses el próximo 20 de noviembre, no es de extrañar que haya puesto en venta su división de GLP. Eso sí, conviene recordar que no es un negocio baladí, pues es el segundo vendedor minorista de butano y propano en nuestro país tras Repsol.

¿El motivo? Cepsa espera obtener unos 700 millones con los que reforzar su liquidez, paso previo para dirigirse hacia un lado más verde. No hay que olvidar que hace unos meses se llenó de profesionales del ‘viejo petróleo’, con más de 20 y 30 años de experiencia, para su transición energética.