Esta semana, los autónomos se han convertido en una de las principales noticias. Pero ojo, los líos del Gobierno con dicho colectivo pueden tener una grave consecuencia: que se carguen la gallina de los huevos de oro. Como saben, un autónomo trabaja mucho (lo hace para sí mismo), no se suele poner enfermo (la baja no es tan fácil y le sale cara)… y si le va bien, contrata a otros trabajadores, o sea, crea empleo.

Brevemente, recordemos los citados líos. Pedro Sánchez firmó el plan presupuestario con Podemos y se dio demasiada prisa en hacerse la foto con Pablo Iglesias, algo que le importaba más que la evaluación técnica de Hacienda y de Trabajo (la hicieron el fin de semana para enviar el plan a Bruselas el lunes 15). De hecho, la titular de Hacienda, María Jesús Montero, reconoció a los periodistas que la madrugada del jueves 11 había sido “normal”… Con este prólogo, no extraña que se les colara un golpe a los autónomos por la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y lo que esta conlleva. Pero tras las críticas, cómo no, el Gobierno chapuzas rectificó para no castigar a los autónomos con el alza del SMI.

De los 3,2 millones de autónomos que hay en total, un millón son autónomos empleadores: son los más afectados.

Claro que tras la rectificación no es oro todo lo que reluce porque los autónomos empleadores (un millón de los 3,2 millones de autónomos totales) seguirán saliendo perjudicados. Sánchez confirmó que la subida del SMI no repercutirá en un aumento de la cuota mínima de los autónomos, algo que no es del todo cierto… porque prepara una reforma del régimen de autónomos para que coticen en función de sus ingresos reales.

Esta medida será muy positiva para los 500.000 autónomos que ganan menos de 12.000 euros, según ha señalado Lorenzo Amor, presidente de la Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), en una entrevista con El Mundo. Pero para muchos de los 2,7 millones de autónomos restantes, a lo mejor (aún no se saben los detalles de la reforma anunciada), aumentaría la cotización que tendrían que pagar. Además, a todo esto se une el hecho de que si son autónomos empleadores, tendrán que pagar más por sus empleados porque el SMI sube las bases mínimas de cotización de estos últimos. Y por si esto fuera poco, hay que sumar el impuesto del diésel (un sablazo para el 70% del colectivo, según Lorenzo Amor), el mayor precio de la luz…

La reforma para cotizar en función de los ingresos, la subida de las bases mínimas de sus empleados por el alza del SMI, el impuesto al diésel... les van a perjudicar 

En resumen, ATA quiere que suba el SMI, pero que lo haga en un 22% de golpe le parece demasiado, prefiere que fuera un aumento más progresivo. Considera que esto va a acortar a un más el margen de beneficios de los autónomos, ahogándoles un poco más.

Todo esto refleja, como ya dijo Hispanidad, que subir los impuestos a los autónomos es matar a la gallina de los huevos de oro. Por tanto, no es lo que debería hacer Sánchez. Y más, con una tasa de paro del 15,28%.