Pepe Álvarez, secretario de UGT, ha puesto come ejemplo la furia desatada contra el vehículo diésel como un ejemplo paradigmático de lo que no hay que hacer al modular la transición energética, una nueva colleja a la ministra del ramo, Teresa Ribera, aunque el sindicalista a omitido su nombre. La regulación de la energía debe ser objeto, ha añadido, de un amplio acuerdo para ser justa y eso exige tiempo.

Álvarez, en concreto, se ha referido, en un desayuno informativo de Nueva Economía Forum, al caso de un amigo que después de comprar su diésel se ha topado con las restricciones a la circulación de esos vehículos. Más allá del dato puntual, el secretario de UGT ha reclamado un acuerdo para la transición -como acota el propio término- energética, que requiere jugar con los tiempos, no con la improvisación. Las empresas también lo están pidiendo, aunque el caso de Alcoa es otra cosa, es un ejemplo de la excusa que pone el mal pagador.

Plantea reformas urgentes a favor del empleo, la formación profesional, en digitalización y en I+D+i

La energía forma parte de los capítulos pendientes, que Álvarez ha sido al mismo nivel que asignaturas pendientes como la formación profesional, la inversión en I+D+i, un plan de digitalización con garantías, evitando brechas, y una apuesta a fondo por el empleo. Son respuestas concretas a los más de 3 millones de parados, al alarmante desempleo juvenil y a las empresas.

Sobre el sector del automóvil, en concreto, a preguntas de Hispanidad, ha dicho que hay que ser consciente de que España es el noveno productor mundial y exporta el 80% de los vehículos que fabrica. Es importante tenerlo en cuenta, también para trazar un pacto para que la industria alcance el 20% del PIB. Debería tener el apoyo, ha dicho, de todos los partidos.

¿Alcoa? Es un ejemplo de excusa de mal pagador. Otra cosa es que las empresas pidan cambios, necesarios

A ese sector, en concreto, le vendría muy el contrato relevo, que hay que recuperar. Puede tener un coste para la Seguridad Social, pero los beneficios son mucho más amplios. También vendría muy bien al sector turístico, por ejemplo, que habría que repensar, no por números, como se hace ahora, sino por el rendimiento.

Al ser preguntado por el descenso de la tasa de paro por debajo del 15%, ha señalado que no le preocupa que desaparezcan las ayudas ligadas a esa tasa, porque son, y así lo han explicado otras veces, “un gran gasto superfluos para la Seguridad Social”.

Hay cosas más graves, ha dicho, como que se trabajen 49 horas semanales, frente a las 40 que marca la ley, y no se denuncie por miedo. “Es escandaloso”, ha remarcado, y es motivo de demanda. Ha añadido que hay despidos, en esas situaciones, disfrazados de procedentes -agarrándose a motivos espurios-, cuando son improcedentes y si se denuncian pueden acabar siendo nulos.

Todo ello dentro del discurso guía de Pepe Álvarez, convencido de que la riqueza generada durante estos años ha tenido un reparto equitativo.