El PP atraviesa uno de sus peores momentos y no es casualidad que a cuatro días de las elecciones europeas, autonómicas y municipales salte la siguiente noticia: Pedro Arriola demanda al PP por impago, recoge El Mundo. Según el artículo, el partido de Pablo Casado podría tener que pagar alrededor de 200.000 euros. 

El politólogo comenzó a trabajar para los populares en 1987, cuando el partido lo lideraba José María Aznar. Ya en 2004 Mariano Rajoy decidió mantenerlo como asesor, aunque María Dolores de Cospedal terminó recortando su sueldo hacia el final de la legislatura. Fue con Casado cuando la caída de Arriola en el partido tuvo lugar.

Según relara el periódico, el joven lider le llamó a su despacho en agosto para comunicarle que, desde entonces, se prescindiría de sus servicios. Finalizaba así una relación de 31 años entre él y el partido. Por supuesto, la suerte de su mujer, Celia Villalobos, no fue mejor, ya que en las primarias del PP se posicionó con la rival de Casado: Soraya Sáenz de Santamaría. 

Pedro Arriola, el inventor de "el voto católico no existe", se ve obligado a jubilarse... ¡a los 70 años!

Terminó 2018 y a Arriola le faltaba por recibir algún que otro pago que, por cuestiones de contrato, le debía el partido. Cabe destacar, como afirma El Mundo, que en los últimos 16 años se le atribuye una facturación que ronda los 30 millones de euros. Y es que el asesor trabajó con varias multinacionales, con contratos que consiguió en parte gracias al PP. Entre las empresas se encuentran algunas como Telefónica o el banco Santander, entre otras del IBEX. Dicho esto, la cantidad que el partido podría pagar a Arriola ronda los 200.000 euros, concluye El Mundo.

Así, Don Pedro se vio 'forzado' a jubilarse, con 70 años, en 2018; los mismos que ahora tiene su mujer. Y es que al inventor de "el voto católico no existe" no le ha quedado otra que aceptar la presidencia de Casado y todas sus consecuencias a regañadientes. Con una facturación de 30 millones le exige 200.000 euros a un partido del que ha vivido 31 años. Y esto se sabe a cuatro días de las elecciones. Casualidad.