Tras salir el 13 de octubre de San Pedro Sula, en Honduras, más de 3.500 centroamericanos –en su mayoría hondureños– han llegado a Tijuana (México), su última escala antes de intentar cruzar a Estados Unidos. Y se espera que lleguen otros 3.000.

Algunos de ellos se inscribieron para comenzar a trabajar en Tijuana, aunque este empleo lo consideran temporal, hasta que crucen a los Estados Unidos, informa Diario Tijuana.

“Por mientras, no estar de balde” dijo uno de los migrantes mientras hacía fila para que le tomaran sus datos para lograr un espacio en las empresas que están ofreciendo trabajo dentro de lo que tendieron en llamar ‘La feria del Empleo’ este lunes 19 de noviembre.

En el sitio, se ha instalado una potabilizadora portátil para poder dotar de agua para consumo humano a los casi tres mil (dos mil 734) que se encuentran en este punto de la ciudad donde además de permanecer, lavan su ropa y se bañan.

Tijuana, una ciudad de migrantes: uno de cada dos habitantes procede de fuera

Los trabajadores están listos para integrarse a las labores de la ciudad en el entendido de que se trata de una contratación temporal y que esta podría terminar en cualquier momento. Lo que algunos buscan igualmente es ganarse su sustento en lo que permanecen aquí en espera de ser recibidos en los Estados Unidos para determinar su situación legal.

Los tijuanenses repiten con orgullo que tradicionalmente han sido acogedores con la gente llegada de fuera. "Tijuana es una ciudad de migrantes" es una frase que se oye en todas partes. Y es un hecho: uno de cada dos habitantes de la ciudad no nació ahí, según el Consejo Nacional de Población.

Sin embargo, una minoría de ciudadanos de Tijuana no ha recibido de buenas maneras a los emigrantes hondureños. Si bien muchos de los locales se han volcado a ayudar a los migrantes, ha crecido la tensión por algunas protestas contra la llegada de la caravana, recoge BBC.

Muchos justificaban su molestia por la supuesta forma en la que la caravana entró en México

Al grito de "¡Aquí no los queremos!", un grupo de manifestantes chocó el domingo con la policía y con los participantes de otra protesta en defensa de los inmigrantes. Esta hostilidad y xenofobia hacia la caravana es algo inédito en la ciudad fronteriza de Tijuana, coinciden los expertos consultados por BBC Mundo.

Muchos justificaban su molestia por la supuesta forma en la que la caravana entró en México: "Llegaron ilegalmente, rompiendo vallas y agrediendo", aseguraban.  

"Nosotros huimos de la violencia, no queremos violencia", le contó a BBC Mundo uno de los migrantes hondureños que ha llegado hasta Tijuana, en México, con la esperanza de poder cruzar a Estados Unidos.

Y ojo, una juez estadounidense prohíbe -temporalmente- denegar el asilo a las personas que entran en EEUU de forma irregular. Eso atenta de forma directa a la política migratoria de Trump. Ahora bien, lo que ha hecho el juez ha sido suspender la norma de la Casa Blanca, mientras decide sobre el fondo de la cuestión. Hay que esperar.