Decíamos ayer que el presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), Luis Rubiales, había tomado una decisión buena y otra mala: la buena, la de nombrar director deportivo de la FEF a José Molina, mientras la mala era quizás más importante: la de convertir a Luis Enrique Martínez nuevo seleccionador nacional de fútbol.

El de Gijón se caracteriza por su grosería y por sus comentarios -siendo entrenador del Barça- despectivos hacia los españoles, utilizando una odiosa comparación con los catalanes. Buen ejemplo para la chavalería.

Luis Enrique, el asturiano que, siendo entrenador del Barcelona, presumió de haber votado en unas elecciones, afirmando que Cataluña era un país más adelantado que el resto de España... No está mal esto de que un cuasi separatista catalán, de los que no quieren saber nada de España, se convierta en seleccionador nacional. Te has lucido, Rubiales.

Ahora solo queda por ver si el nuevo seleccionador de la roja convocará al barcelonista Gerard Piqué, defensor del pueblo catalán, el hombre que lloró el 1 de octubre.