Ignacio S. Galán, presidente y CEO de Iberdrola, no quiere quedarse atrás, sino ser el más listo de la clase ecologista. Desde hace un año defiende que ante la crisis que ha provocado el coronavirus “la recuperación tiene que ser verde”, tras unirse a la Alianza Europea para una Recuperación Verde. Ahora va un paso más allá al querer que se limite la venta de coches de gasolina y diesel en 2035… algo lógico, teniendo en cuenta que los que le interesan como negocio son los eléctricos: Iberdrola instala puntos de recarga y forma parte de un consorcio público-privado (donde también están Seat y su matriz, Volkswagen) que ambiciona montar una fábrica de baterías en España.

La eléctrica y otras 26 compañías (Uber, Enel X, Ikea, Coca-Cola European Parners y Volvo Cars, entre ellas) han pedido a la Unión Europea que limite la venta de los coches de combustión en Europa, según recoge la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E, por sus siglas en inglés). Julia Poliscanova, directora senior de Vehículos y Movilidad Eléctrica de T&E, ha señalado que la electrificación representa un paso “inevitable” para el clima y que “las empresas necesitan ahora claridad sobre la velocidad a la que va a producirse la transición para planificar y prepararse”.

Los híbridos no enchufables sólo suponen el 18,4% del total de matriculaciones de turismos, pero mucho más que los híbridos enchufables (8,2%), los eléctricos puros (5,7%) y los de gas natural (0,6%) en el primer trimestre

Tanto Poliscanova como las empresas que han realizado la petición deberían tomar nota de la lección climática que Antonio Brufau, presidente de Repsol, dio hace un mes a la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera: “confundir descarbonización con electrificación es un error” y que “la industria y apostar por todas las tecnologías son claves para proteger el empleo y frenar el cambio climático”. Pero también tener en cuenta los datos de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) del primer trimestre: los coches de gasolina y diesel representaron el 65,4% del total de nuevos turismos (42,2% y 23,2%, respectivamente, cifras que son inferiores a las de hace un año -del 52,3% y del 29,9%-) pero que siguen siendo las mayoritarias. Los híbridos no enchufables sólo suponen el 18,4% del total, pero mucho más que los híbridos enchufables (8,2%), los eléctricos puros (5,7%) y los de gas natural (0,6%).

¿Acaso las 27 compañías que han hecho la citada a la petición a la UE van a dar subvenciones o a pagar la compra de vehículos que no sean de gasolina y diesel a los europeos? Claro que no, pero aunque presuman de ecologismo y progresismo, también buscan seguir engordando sus beneficios... y con ello, sus dividendos, lógicamente. Eso sí, la petición es algo más ambiciosa que la propuesta de Ribera para España: poner fin a la venta de coches de gasolina y diesel que no estén destinados a usos comerciales en 2040, como se recoge en la ley de Cambio Climático