Elon Musk, presidente de Tesla, convierte en ocasiones en un esperpento lo que hace o puede convertir en espectáculo una presentación de resultados, como ocurrió este miércoles, que encima son malos, como los del cuatro trimestre y anuales.

El beneficio se redujo entre octubre y diciembre a 139,5 millones de dólares, menos de la mitad que en el trimestre anterior (311,5 millones), aunque en el conjunto del año, aunque sigue en pérdidas, las ha reducido un 50%, a 976 millones de dólares (en euros, 849,5 millones). 

Ese fue el argumento del intrépido empresario para asegurar que Tesla concluye el mejor ejercicio de su historia y gracias al vehículo eléctrico Model 3, cuando es precisamente la evolución de ese modelo lo que más decepciona a los analistas.

Reduce a la mitad las pérdidas, en 850 millones, tras dos trimestres positivos

Eso sí, Elon Musk, como siempre, se rodeó del espectáculo al que acostumbra -como en la entrevista radiofónica en California fumándose un porro- e inflado de arrogancia, además. Porque de eso se trata cuando insiste en mantener el Model 3, de tamaño mediano, como una ininterrumpida apuesta y promesa, pero que no cumple en plazos ni en precios, o compara el Model X con los huevos de Fabergé, que el artesano don Carl creó para los zares ruso y que están considerados una obra maestra de la joyería. “El modelo es una obra de arte increíble -añadió Musk-; es posible que nunca se vuelva a crear algo con esa grandeza”.

Respecto al Model 3, el precio de la versión más barata en EEUU es de 44.000 euros, o lo que es lo mismo, demasiado caro, un obstáculo serio para que Tesla crezca al ritmo que promete. Paradójicamente, lo que esperaba la audiencia es que anunciara, no que lo va a vender en China -con un precio equivalente a 72.000 dólares-, sino que ofreciera ese modelo en su suelo patrio por 10.000 dólares menos (35.000).

Musk no tiene sentido de la medida y, por eso, puede ser el peor enemigo de Tesla

Y a pesar de los pesares, Musk, a lo suyo, siguió prometiendo que Tesla será rentable a largo plazo y que espera vender entre 360.000 y 400.000 vehículos este año, entre un 45 y un 65% más.

Y a eso se añade que ha estado en el punto de mira de la Justicia americana por sus ocurrencias en Twitter para que Tesla suba en bolsa, asista a la fuga de ejecutivos como el director último director financiero, Justin McAnear, con 15 días en el puesto, o la de su sustituto, Deepak Ahuja, que también se está marchando, como reconoció el propio Musk.

Tesla es. Como hemos contado, es un saco de pérdidas pero nadie bromea con su quiebra.