El Grupo DIA, en plena crisis corporativa y en bolsa, comunica este martes los resultados hasta septiembre en lo que evita dar cifras del beneficio, mientras el Ebitda cae un 24,1%, a 281 millones, y las ventas netas, un 13,9%, a 5.490,5 millones. La reacción en el mercado ha sido una nueva penalización del valor (en torno al 9% y al cierre, el 13,6%), que deja la acción en 0,69 euros.

Cifras negativas, afectadas en la facturación por la situación en Argentina y Brasil, que encajan la depreciación de sus monedas respectivas, peso y real. La caída en las ventas han sido del 21,7 y 19,1%, respectivamente, aunque con el efecto divisa ascienden a 47,8 y 17,5%.

En España, la caída de las ventas ha sido del 2,5%. Ha tomado una serie de decisiones con las que no acertado para adecuar la oferta y sus servicios a las necesidades de los clientes. Y eso que de los 269 millones invertidos en el periodo, 196 han sido en suelo nacional para remodelar las tiendas de proximidad (997 en total).

Duro castigo en las ventas en Argentina y Brasil, del 20%, pero en España también caen (-2,5%) sin acertar en las inversiones

Los resultados siguen al reciente profit warning, un mal trago que se unió a la suspensión del dividendo y la consiguiente pérdida de un tercio de su valor en bolsa. Antonio Coto, consejero delegado, con todo, ha negado la mayor de la crisis, con un “valor intrínseco del grupo, fuera de duda” y el normal funcionamiento de sus 7.429 tiendas.

Eso sí, ha admitido un cambio de rumbo para revertir la tendencia actual -se concretará, en el plan estratégico, retrasado dos meses, que sigue afinando- para centrarse en lo más rentable: Dia&Go, La Plaza y la venta online, que ha crecido en España un 42,8%, hasta 57,4 millones, con una cuota del 10%. Quedan fuera de core Max Descuento y Clarel.

El grupo se dispone a realizar un test del deterioro de los activos para medir las necesidades en las provisionar, que comunicará cuando esté terminado, al tiempo que la deuda neta se sitúa en 1.422 millones. Para el resto del año, como ya anunció en la revisión anterior, prevé un recorte del Ebitda entre 350 y 400 millones, frente a los 586 millones de 2017.