• Mariano Rajoy y compañía darán 'regalitos' a los funcionarios: devolverán las pagas extra y los famosos 'moscosos'.
  • También pretenden mejorar las pensiones, pero eso será más difícil. Para hacerlo bien, con los récords de cada mes, habría que retrasar la edad de jubilación, pero eso mejor callarlo.
  • Álvaro Nadal no descarta rebajas del IVA, en paralelo a la reforma de financiación autonómica. Y es que ahora el Ejecutivo prevé que el PIB crezca un 3,6%.
  • Miércoles ajetreado para Sánchez: rueda de prensa en Ferraz para cargar contra la política económica y social de Gobierno, almuerzo con Rajoy y cena con Pablo Iglesias.
  • Y críticas desde Moncloa para el líder socialista: Ayllón dice que su actitud fue de una "sinvergozonería política de alto nivel" y Soraya le advierte que no van a cambiar de políticas.
Como saben tras los resultados del 24-M el panorama político español está más que revuelto, pues las mayorías absolutas han sido las grandes ausentes y los pactos serán necesarios para hacerse con el gobierno en un montón de autonomías y ayuntamientos. Ahora hablamos de un naciente cuatripartidismo y el Gobierno se enfrenta a un gran dilema: ¿qué hacer para ganar las elecciones generales de final de año? En primer lugar, pretende poner en marcha medidas de azúcar cande para conquistar al electorado y dar un cierto 'giro social' que en realidad no lo es. Antes de explicarles estas medidas hay que decir por qué las hemos denominado de azúcar cande: se trata de un producto elaborado con azúcar blanco refinado en forma aspecto de cristales muy gruesos, pero que al fin y al cabo es azúcar, por lo que al echarlo, por ejemplo, en el café o en agua, se deshace o se diluye. Es decir, se queda en nada, aunque haya endulzado el líquido en cuestión. Pues bien, el Gobierno pretende hacer lo mismo que el azúcar cande, pero en materia de algunas medidas económicas que endulcen al electorado. De hecho, los barones autonómicos exigen a Rajoy otra bajada de impuestos, según informa elEconomista. Por ello, el presidente del Gobierno y compañía están dispuestos a dar algunos 'regalitos' a los funcionarios, en concreto, planean devolverles las pagas extraordinarias y los famosos 'moscosos'. Una medida que tiene poco de regalo, pues es algo que tenían en otro tiempo, pero se les quitó por la crisis económica. El Ejecutivo también busca dar un cierto 'giro social' a sus políticas. Entre otras cosas pretenden mejorar las pensiones, pero eso será una tarea más difícil. Y es que para hacerlo bien, con los récords que se registran cada mes en gasto en pensiones contributivas, habría que retrasar la edad de jubilación, pero esto último mejor callarlo porque no suena muy bonito y popular. Otra de las posibles medidas sería una rebaja del IVA. Algo que no descarta el director de la Oficina Económica de Moncloa, Álvaro Nadal, siempre y cuando se haga en paralelo a la reforma de financiación autonómica. Y es que sería posible si se cumplen los actuales pronósticos, pues el Ejecutivo prevé que el PIB crezca un 3,6%, una cifra que es superior a la prevista. Además, el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, habló hace unas semanas de modificaciones en impuestos autonómicos, mientras la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, reiteró que no tienen margen para reducir los impuestos laborales. Pasemos a la oposición. El pasado miércoles fue un día bastante ajetreado para el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Por la mañana convocó una rueda de prensa en Ferraz con el único fin de cargar contra la política económica y social de Gobierno. A continuación, paradójicamente, acudió a un almuerzo con Rajoy en La Moncloa, donde no hablaron de pactos, sino sólo del calendario legislativo. Y para rematar la jornada, el líder socialista se fue a cenar con Pablo Iglesias. Aunque de esta cita muy cordial y envuelta en el secretismo ha trascendido más bien poco, pues lo único que se sabe es que Sánchez le prometió que no pactaría con el PP. Sin embargo, el almuerzo del socialista con Rajoy (en la imagen) acarreó unas duras críticas desde Moncloa. El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, declaró a La Razón que la actitud de Sánchez fue de una "sinvergozonería política de alto nivel", una de las "sinvergonzonerías más grandes de la historia de la democracia". Mientras, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, advirtió a Sánchez que las políticas del Gobierno no se van a cambiar: "El líder del PSOE pide un cambio de políticas, y si lo que pide es que en España se vuelva a destruir empleo y entrar en una dinámica de recesión, congelación de pensiones y retrocesos económicos y sociales, sencillamente, no vamos a cambiar. Cristina Martín cristina@hispanidad.com