Algo malo, muy malo habremos hecho los madrileños para que se nos vengan encima 12 días de neurosis global concentrada en Madrid, con la COP 25 o Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático.

Es la neurosis global que se da cita en Madrid, la idea fuerza de salvar al planeta y esclavizar a la humanidad. 

Panteísmo religioso: una reunión en la que “todos nos jugamos todo”. Pero se trata de un juego de azar, que no podemos controlar

Ministra Ribera: el hombre es la especie que “más consumos ambientales” provoca… Hombre, señora ministra: ¡sólo faltaba que el único ser racional contaminara menos que las piedras!

Claro que contamina más, porque piensa, inventa cosas, por ejemplo, coches, se mueve más, no se guía por su instinto, protege a sus crías del frío… y todo eso, señora Ribera, consume energía.

Ahora bien, la sublime chorrada de deducir de ello que el hombre es el depredador del planeta solemniza lo obvio, una manera de hacer el tonto como otra cualquiera.

El calentamiento mental está imponiendo el panteísmo. Y no existe religión más castrante que el panteísmo oriental

Pero es que, además, la COP 25 nos lleva a la imposición de una nueva religión, cuyos devotos se refieren al planeta como esa querida criatura agonizante. Es decir, personalizan a las cosas, porque el planeta, siento decírselo, es una cosa. Y las cosas se cuidan sólo en cuanto sirven al hombre y deben servir para las futura generaciones: sólo por eso.

Prueba de ese panteísmo religioso es la frase escuchada a uno de los grandes propagandistas progres de la TV publica, que copia una frase de los sacerdote panteístas: en la COP “todos nos jugamos todo”. Pero se trata de un juego de azar, que no podemos controlar. Una sola erupción volcánica provoca más gases de efecto invernadero que lo que son capaces de emitir millones de seres humanos.

En pocas palabras: el calentamiento mental está imponiendo el panteísmo. Y no existe religión más castrante que el panteísmo oriental.

COP 25: calentamiento mental e histeria global

Pero es que, además, las pesadísimas cargas que pretenden imponernos los profetas del apocalipsis climático, cargan sobre él cargas insoportables, y encima no pueden cambiar el planeta porque cambiar el planeta existe cambiar el sistema solar y magnitudes que el hombre ni puede controlar ni puede desviar.

Añadan a eso que las propuestas del cambio climático son siempre en negativo, son prohibiciones: no haga esto, no haga lo otro… Casi nunca hablan en positivo: ejemplo, si quiere usted luchar con tal contaminación reforeste el planeta. Y es que las soluciones ecológicas están todas inventadas. Lo que ocurre es que las soluciones son caras.

Yo no puedo, pero el que pueda, que huya de madrid hasta el 14 de diciembre. Porque esta es la Cumbre del calentamiento mental y la histeria global.