Todas las actividades económicas "no esenciales", es decir, las que no están definidas como “imprescindibles” en el decreto del estado de alarma, se verán paralizadas por el confinamiento prácticamente total de todo el país que aprobará mañana un Consejo de Ministros extraordinario.

Lo ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia en la que ha considerado que esta medida es crucial para "disminuir los riesgos de contagio".

Será la tercera reunión del Gobierno en lo que llevamos de semana. Y como ocurriera en los primeros compases de la emergencia sanitari, deja para esta última reunión el anuncio más duro. 

Sánchez ha reconocido que estas medidas que está tomando el Gobierno de España "son de una extraordinaria dureza". "Soy muy consciente del sacrificio que están haciendo todos los ciudadanos".

La medida choca con lo dicho hace pocos días por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que explicó que no pararían las obras "porque no se puede frenar la economía"

Estas nuevas medidas restrictivas estarán vigentes desde el 30 de marzo al 9 de abril, coincidiendo con los últimos del actual estado de alarma prorrogado y con la Semana Santa. La idea es aprobar una serie de permisos remunerados para los trabajadores que se vean afectados por la paralización por lo que el Gobierno arbitrará disposiciones para que las horas no trabajadas pero sí cobradas sean recuperadas por los empleados después de levantarse la excepcionalidad.

El objetivo es reducir la movilidad y el contacto social al máximo para situarlo en los niveles de fin de semana, cuando la mayoría de las actividades industriales y comerciales no imprescindibles descansan. El presidente del Gobierno ha precisado que esta decisión no afectará al sector de los medios de comunicación.

La intención última es ralentizar el número de nuevos contagiados y evitar la saturación completa de las unidades de cuidados intensivos de los hospitales, a las que se ha referido esta misma mañana Fernando Simón al asegurar que "hay que hacer esfuerzos extra en el confinamiento, porque las UCIS se verán saturadas en una semana o 10 días". 

El objetivo es reducir la movilidad y el contacto social al máximo para situarlo en los niveles de fin de semana, cuando la mayoría de las actividades industriales y comerciales no imprescindibles descansan

El presidente llevaba días evitando dar este paso que parte de los partidos con representación en el Congreso reclamaban. También presidentes autonómicos como Emiliano García Page, Fernando López Miras y Quim Torra habían demandado medidas más contundentes en lo que respecta a la limitación de movimientos.

La medida choca con lo dicho hace pocos días en rueda de prensa por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que explicó que no pararían las obras "porque no se puede frenar la economía". Una opinión compartida por la vicepresidenta Nadia Calviño que esta misma semana afirmaba que esto era imposible, porque "para que funcione lo indispensable tienen que seguir funcionando otros servicios".

Según Calviño, no se contemplaba un confinamiento más duro "porque las medidas no tienen que ser sólo palabras escritas, sino que deben ser ejecutables".