A Abu Dabi se le complican los planes para deshacerse de Cepsa, que todavía conserva su nombre, Compañía Española de Petróleos. Cepsa volverá a la bolsa, donde cotizaba hasta su exclusión por el único accionista (antes EPIC o después Mubadala, que son lo mismo, el fondo soberano emiratí). Ahora bien, no será como los árabes pensaban y para lo que han preparado la compañía desde hace dos años, lo cual es, a todas luces, un fracaso.

Abu Dabi, muy resumido, quería vender y ha buscado mientras inversores (fondos de inversión) para hacer caja mediante ventas parciales, pero todos ellos se han ido descolgando. No será lo mismo la salida a bolsa, con un precio que marcará y dependerá del mercado a colocar los activos -valorados entre 9.000 y 14.000 millones- en socios firmes.

Primero intentó vender Cepsa a Repsol, pero a la petrolera no le interesó ni empezar a hablar: estaba en otras historias. Y a Repsol ha seguido otros candidatos, empresas y sobre todo los fondos: Apollo, CVC, Carlyle o Blackstone. Ahora, como informa Cinco Días, tampoco interesa este último, más que un síntoma, básicamente porque la única opción que le queda es sacar a bolsa en torno al 30% o 40% pero sin un socio industrial interesado.

Fin de etapa con episodios peculiares: el Santander escapó de Cepsa en buen momento, aunque tardó, y Total se quitó un problema de encima: Abu Dabi

No estaba en sus planes, desde luego, cerrar el proceso así, después de un recorrido de 30 años, cuando entró en Cepsa con una participación del 10%, que elevó después al 47%, en 2009, tras la compra del 32% del Santander, que estaba deseando vender, y finalmente al 100%, en 2011, tras comprar el resto a la petrolera francesa Total.

Hay una diferencia, dicho sea, entre la operación del banco, que tardó demasiado en vender aunque a un precio razonable, y Total, que también lo hizo, pero a cambio de quitarse un problema de encima: la participación del 10% de Abu Dabi en su capital. Total quedó ¡feliz!

Ahora, es el momento de decir adiós porque, como ya hemos explicado, a Abu Dabi no le interesa España -por eso ha acelerado la salida-, pero no en las condiciones que preveía hacerlo y para lo que contrató a Rothschild. Tampoco el banco ha conseguido compradores.

De nada han servido, los esfuerzos del consejero delegado, Pedro Miró, para ordenar una empresa con un accionista tan fuerte como veleidoso, o la presentación del último plan estratégico a 2030, en octubre de 2018, en la Cepsa se vestía de compañía energética global, centrada en el futuro en el Sudeste Asiático y China. Contó incluso con la presencia del entonces ministro de Energía, Álvaro Nadal.