Brian Giesbrecht, un juez retirado de Canadá, ha realizado un análisis de las proposiciones de leyes canadienses C8 y S-202, que penalizan y castigan a cualquiera que intente ayudar a una persona a dejar atrás sus sentimientos de atracción al mismo sexo o sentimientos transexuales (de desapego a su sexo biológico). Incluso castiga -hasta con cárcel- a padres que no quieran que sus hijos avancen en la afirmación de estos sentimientos.

"Esta legislación es probablemente el asalto más agresivo contra los derechos de los padres que un gobierno federal [de Canadá] ha intentado nunca. Si se aprueba, se arriesga a destruir el lazo entre padres e hijos cuando la filosofía o religión de la familia choca con la del estado", advierte el juez.

El juez Brian Giesbrecht analiza el caso en su artículo en The Epoch Times del 8 de junio, titulado "El problema con la propuesta de prohibición de la terapia de conversión".

"Asusta de verdad que si se aprueba esta legislación, cualquier servicio de consejería que no sea 'reafirmante' será ilegal", escribe. "En otras palabras, un profesional que podría ayudar a un niño a aceptar su sexo biológico mediante su acompañamiento, sería criminal para esta ley. Esto está profundamente mal", denuncia el veterano jurista. La medida recuerda a las sanciones que se han impuesto en España a "coach" que han impartido cursos para volver a la heterosexualidad a homosexuales que han querido asistir a ellos voluntariamente.

El Gobierno actúa contra los padres al impedirles buscar ciertos tipos de aconsejamiento para sus hijos, explica.

El juez denuncia que muchos de los supuestos "expertos neutrales" que asesoran y escriben las leyes sobre transexualidad en realidad son profesionales implicados en el sistema (o negocio) de cambios de sexo.

Giesbrecht denuncia, en cambio, que el Gobierno se niega a escuchar a otros profesionales, a los pediatras, psicólogos y endocrinólogos que creen que las personas con sentimientos transexuales y disforia de género merecen otra atención que no sea el cambio de sexo.

La propuesta de ley la impulsa el ministro de Justicia David Lametti, del Partido Liberal, y castiga en el Código Criminal:

1) llevar a un menor a terapia de conversión
2) llevar a un menor fuera de Canadá para hacer terapia de conversión
3) hacer que una persona -de cualquier edad- haga terapia de conversión contra su voluntad
4) sacar provecho económico de la terapia de conversión
5) anunciar la terapia de conversión

Por animar a alguien a reducir su comportamiento sexual ¡años de cárcel!

Llevar a un menor -incluso a un hijo- a esta terapia se castiga con hasta 5 años de cárcel.