• Los partidos apuran lo poquito que queda de campaña y ajustan los mensajes en función de lo que dice el contrario.
  • En el partido de Rivera saltan chispas por los desbarajustes en las listas. Va a más, pero no tiene organización para competir en primera división.
  • Pablo Iglesias protagoniza la anécdota del día: se queja de que le den sólo tres minutos en TVE. Olvida que manda la Junta Electoral.
  • PP y PSOE mantienen un debate a uñas: Rajoy habla de la solidaridad entre territorios y Sánchez insiste en una España federal.
  • Para el presidente, "hay una izquierda radicalizada como nunca", y para su adversario "cada engaño del PP, es una razón para mandarle a la oposición".
  • Izquierda Unida pelea contra su descomposición y UPyD parece que se ha esfumado.

Los partidos aprietan el ritmo de sus mensajes electorales y es lógico: faltan menos de 72 horas de campaña y sólo cinco días para la gran encuesta del 24-M, la de verdad. Las resultados de las otras son una nebulosa que marca tendencias -en algunos casos disparatadas-, como que el clásico bipartidismo está demasiado enfermo o que para superar la gripe tendrá que abrirse al pacto con otras bacterias. Demasiado etéreo todo cuando hay una indecisión sobre el voto que supera al 30% del personal. En ese mientras tanto, PSOE y el PP siguen a lo suyo, como si nada pasara -a cara de perro, como manda el guión-, pero muy pendientes al mismo tiempo de los emergentes, Podemos y Ciudadanos. Si el partido de Rivera va a más, aunque está demasiado verde en eso de la organización, el de Iglesias va a menos, pero se sigue mostrando demasiado peligroso para eso que se llama sistema. Izquierda Unida, mientras, trata de superar como puede su propia descomposición y UPyD parece como si no existiera. Los líderes del PP y el PSOE parecen sincronizados para llevarse la contraria en todo momento y sobre el tema que toque. Esa es la verdad. Este miércoles coinciden en Sevilla y su intención es aupar el voto para las ocho capitales andaluzas, en el aire para los dos partidos. Rajoy, esta mañana en Murcia, ha vuelto a insistir en la prioridad del empleo, en la necesidad de no cambiar el rumbo de la economía para consolidar la recuperación y en la solidaridad entre territorios frente al federalismo del PSOE. Ha mandado, además, un mensaje para ganar el apoyo de los indecisos: "En España hay ahora una izquierda radicalizada como nunca". El presidente sigue así el debate a uñas con su principal adversario (eso dice), que comenzó el primer día de campaña y que no concluirá hasta las legislativas. Los argumentos que utiliza uno  -es igual quién- por la mañana son contestados por la tarde por el otro. Ya digo, parecen sincronizados. Pedro Sánchez, que coincide en Sevilla en el único mitin con Susana Díaz, se ha enzarzado con Rajoy a propósito de la economía y de las autonomías. La excusa utilizada por Sánchez fue la pregunta lanzada en un mitin por Rajoy: "¿Quién habla hoy de paro, rescate y recesión?". Evidentemente, algo de razón tiene el presidente sobre lo segundo y tercero (crisis más que recesión, no obstante), pero nada sobre el paro, el gran drama para más del 20% de los españoles. Sánchez ha aprovechado el desliz para lanzarse a la yugular de su contrario: "Son muchos los parados que tienen miedo a no encontrar trabajo y muchos los trabajadores con miedo a perderlo". Y agudiza el ingenio: "Cada engaño del PP, es una razón para mandarle a la oposición". Eso por un lado. Por el otro está el modelo de Estado. Y ahí, Sánchez lo tiene claro: insiste en la reforma constitucional para construir una España federal. Hilo a la cometa. Parecía que se le había olvidado, pero Cataluña ayer o Andalucía este miércoles son dos buenos graneros de votos. O lo fueron antaño. Ciudadanos, uno de los emergentes, no consigue quitarse de encima el sambenito de que ha irrumpido demasiado tarde para competir en primera división. Al menos en lo que a organización y cuadros se refiere. Por eso están retirando listas de candidatos o retocando otras. Vamos, que está demasiado verde y se está dando cuenta del peligro de infectarse con candidatos que estropean su ideario, si realmente lo tiene,  o que han salido de la nada o sin permiso de los afectados. Ha ocurrido en Miranda de Ebro. El dirigente de Podemos, por su parte, ha protagonizado la anécdota del día al acudir a una entrevista en Los desayunos de TVE. "Respondo rápido porque, creo, sólo me habéis dado tres minutos", le ha dicho a la conductora del programa, María Casado, que le ha tenido que explicar, rauda y veloz, cómo son estas cosas: "La Junta Electoral, no nosotros". La aparición de Iglesias en la televisión pública -en proporción a su representación parlamentaria- tenía su aquel, sobre todo porque su partido se ha alimentado de las apariciones en las teles privadas (La Sexta y Telecinco, sobre todo) y porque el líder no acudía a TVE desde hace casi seis meses, cuando fue entrevistado en el Canal 24H portando el lazo naranja de los trabajadores. Lo único interesante que ha dicho es que "la dimisión de Monedero es buena para él y buena para el partido". Rafael Esparza