A Carmen Calvo no le ha gustado nada ceder la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos a Nadia Calviño, que, como decirlo, es poco socialista en el fondo y en las formas. Y, sobre todo, es poco feminista. Es más, al club de ministras feministas Calviño les cae poco simpática: “No es de las nuestros”. Bueno, de las nuestras.

Pero de hecho, con un Gobierno en funciones, Calviño ya ha empezado a marcar territorio. Y sí, a la ex directora general de Presupuestos de la Comisión Europea, el pacto con Podemos no le mola.

Y ojo, la subida de las cuotas del SMI está llevando a muchas empleadas del hogar a la economía sumergida

En público asegura que Bruselas no está preocupada ante el preacuerdo con Pablo Iglesias. Y es cierto: Bruselas sólo está preocupada porque España no cumple lo que promete o, al menos, empiezan a comprobar que no podrá cumplirlo. La que está asustada es Calviño. Por de pronto, curarse en salud, que dicen en Galicia, la titular de Economía en funciones ya ha advertido a Sánchez que no es posible asumir las exigencias de Podemos en algunas materias. Por ejemplo, en materia de pensiones. Entre otras cosas porque, en un sistema de reparto, el pago de las pensiones depende del crecimiento económico y el crecimiento económico español empieza a sufrir.

Eso sí, no le preocupa la subida del salario mínimo. Como siempre, distingamos: subir el salario mínimo hasta los 1.000 euros y hasta los 1.200 euros al mes -brutos- por 40 horas de trabajo semanal es de justicia. Lo que no es de justicia es subir en la mima proporción las cuotas sociales, como se hizo este año. Por eso, muchos jóvenes matrimonios con hijos, que necesitan de una empleada del hogar, porque ambos cónyuges trabajan fuera de casa, pueden pagar más a la empleada pero no el subidón de cuota hasta, precisamente los 25 euros por mes. Y entonces le pagan más pero sin pagar a la Seguridad Social.

Pero las pensiones es lo que más preocupa porque los salarios los paga el empleador, no el gobierno, que sólo los fija.

Tendremos dos vicepresidentes (Calvo e Iglesias) y un Pepito Grillo (Calviño)

Y a Calviño le preocupa, también, incumplir el déficit público, ya de entrada suavizada por los socialistas. Y es que todas las peticiones de podemos, salvo la del SMI, que es suya y es justa, no proponen más medidas que aquella que suponen un derroche de dinero público, que los podemitas piensan sale del Banco Central Europeo (BCE) y que es tan fácil como darle a la máquina de hacer dinero. O eso, o subir los impuestos, otra especialidad podemita a la que se apunta los socialistas. Pero Calviño sabe que eso es muy peligroso, sobre todo para la creación de empleo.

Así que Calviño se ha convertido, antes de formar gobierno, en el Pepito Grillo del Ejecutivo. Si Sánchez perpetra el Frente Popular, tendrá una vicepresidenta económica en pulso permanente con las otras vicepresidencias: la de Pablo Iglesias y la de Carmen Calvo.