Allí donde se legaliza la eutanasia, todos los límites establecidos por la ley acaban saltándose, con una repercusión ante los tribunales prácticamente nula que garantiza la impunidad y va ampliando esos límites cada vez más. Recientemente fue absuelta una doctora holandesa, en el primer caso que se veía en juicio desde la aprobación de la ley en 2002, con una eutanasia que se aplicó a la paciente sujetándola porque no quería morir, explica Religión en Libertad.

Y ahora se está juzgando en Bélgica a tres médicos por matar a una joven fuera de las circunstancias legales. Algo insólito en un país donde la cifra de muertes anuales por eutanasia se acerca ya a 2.500, y donde se ha informado de numerosos caso clamorosamente fuera de la norma, la cual en cualquier caso ha ido ampliándose sin freno, añade Religión en Libertad.

La eutanasia se legalizó en Bélgica en 2002, entre las habituales y despreocupadas garantías de que unos límites sólidos prevendrían del abuso. Promesas que han demostrado ser falsas. Desde que la ley entró en vigor, los médicos no sólo han acabado con la vida de pacientes físicamente enfermos, sino también con la vida de personas con discapacidad, de ancianos sin esperanza y de enfermos mentales. Se ha practicado la eutanasia incluso a niños de nueve años. Los cuerpos de los enfermos mentales y de las personas con discapacidad física progresiva han sido utilizados para recolectar órganos. Muchos de los que han sido asesinados podrían haber vivido años si no hubieran recibido la eutanasia. Se han denunciado casos de abuso a los medios de comunicación y a las autoridades belgas responsables de vigilar sobre los casos de eutanasia, pero ninguno ha sido llevado a juicio, explica el mismo medio

Religión en Libertad recoge casos de eutanasias (asesinatos) ilegales.