Este contexto de la pandemia del coronavirus, que ha provocado un aterrizaje forzoso del turismo y de los viajes, ha puesto a las aerolíneas al borde de la quiebra, haciendo peligran su liquidez… y más de una ya ha pedido ayudas públicas… que se podrían convertir en nacionalizaciones. Pero ojo, porque Lufthansa ha advertido que “harán falta meses hasta que se levanten por completo las restricciones y años hasta que la demanda de tráfico aéreo mundial vuelva a sus niveles precrisis”.

Ante este escenario, el grupo aéreo también ha tomado medidas de cara al largo plazo. Como saben, ya ha reducido sus vuelos un 95% y ahora ha anunciado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para 27.000 empleados, lo que supone el 77% de su plantilla, que asciende a 35.000 personas. Una medida laboral que también han adoptado muchas otras aerolíneas, como Iberia, British Airways y Vueling (pertenecientes al holding IAG), Norwegian y Ryanair. Al mismo tiempo, Lufthansa recortará su flota: anulará pedidos; desmantelará 18 aviones por motivos medioambientales y económicos, lo que implicará reducir la capacidad en sus hubs (centros de conexiones) de Fráncfort y Múnich; y prescindirá de otros 12 en el corto radio.

Cierra Germanwings y reestructurará otras filiales ‘low cost’: en estos momentos quiere concentrar dicha actividad en Eurowings

El grupo aéreo alemán también ha decidido cerrar Germanwings, una de sus filiales de low cost, y reestructurar la capacidad de diversas filiales (Austrian Airlines, Brussels Airlines, Swiss International Air Lines), pues en estos momentos quiere concentrar la actividad low cost en Eurowings. También ha puesto fin a las operaciones de alquiler que tenía con otras aerolíneas, que le permitían flexibilizar su operativa cuando tenía puntas de demanda.

Pero los recortes no acaban ahí. El equipo de gestión ha reducido el sueldo de la cúpula entre un 20% y un 25%, y el de los directores, entre un 10% y un 15%. Además, Lufthansa no repartirá dividendo a sus accionistas.