Sr. Director:
Desde que se hizo el traslado a Cataluña de Junqueras y compañía, todos sabíamos –también quienes lo decidieron en Madrid– que la prisión en manos de Torra se convertiría en un hotel. Ahora se confirma: piscina olímpica, jardines, recintos propios, visitas a todas horas, salas de reuniones y, tal como han denunciado los sindicatos, se ha expulsado a la gente conflictiva de su entorno. Que nada les moleste. Es indignante que TV3 nos los venda todo el día como angelitos y mártires. Son personas que se burlaron de la Justicia –todos recordamos sus fotos riendo con las notificaciones judiciales al lado–, que pisotearon las leyes y que dilapidaron 5 millones de euros (casi 1.000 millones de pesetas) a costa de todos los ciudadanos. Y todo porque estos políticos y su entorno querían montarse un estado donde ellos lo controlaran todo. Y ahora están tratados como VIPs y “haciendo largos en la piscina olímpica” como denuncian los funcionarios. Indignante.