No ha ocurrido este histórico 8-M pero sí en una edición anterior, y es una de esas escenas que, sin duda, quedan para el recuerdo. Una veinteañera feminista , megáfono en ristre, entra en una tienda lanzando soflamas. A su lado, un periodista se aproxima a una señora que estaba allí porque -atención- ha osado ir a la compra el 8 de marzo. ¡Cuánta insensibilidad!

El reportero acerca el micrófono a la aludida y le dice: “¿Usted va a hacer hoy la compra a su marido y eso?”. Y esto que van a ver, es lo que ella le responde:

Una vez más, el feminismo confunde servicio y entrega a los demás con sumisión. 

Conclusión: si eres mujer, serás feminista, sí o sí.