Durante la Transición a la democracia se discutió mucho si debía proporcionarse  un cuerpo de seguridad a las comunidades autónomas. Entonces se otorgó a Euskadi, que lo aprovechó bien, y a Navarra, que lo aprovechó mucho menos. Luego llegó Cataluña, e hizo de los Mossos un cuerpo aún más 'armado' que la Ertzaintza. Pues bien, cuando el separatismo alcanza la demencia, o sea, cuando lo representa Puigdemont, es cuando todos se pelean por disponer de un cuerpo armado… por si se llega a las manos. Quizá las policías autonómicas fueron un error de la Transición. Ahora los Mossos no son un cuerpo armado: son un cuerpo al servicio del separatismo. O, al menos, pueden recibir órdenes en ese sentido. Por cierto, ¡qué callado está Artur Mas! Hispanidad redaccion@hispanidad.com