No es raro encontrarse con fugas de datos que afectan a los usuarios de Facebook. Sin embargo, el último fallo de seguridad repercute a WhatsApp, que también pertenece al genio y figura Mark Zuckerberg. La verdad es que estos errores empiezan a ser tan comunes que han dejado de ser noticia.

Resulta que un grupo de piratas se ha dedicado a instalar softwares en los móviles con el fin de espiar y obtener información. El modus operandi consistía en hacer una llamada al número elegido y, tanto si respondía como si no, los hackers tenían acceso a los datos, por supuesto, evitando que las víctimas se percataran. Ahora la empresa actúa despavorida, instando a los usuarios a instalar la última actualización de la aplicación.

Desde luego, Internet tiene muchas ventajas, pero la seguridad parece no ser una de ellas, o al menos la prioridad del ingenioso Zuckerberg.