Daniel Mateo se vio en los tribunales por burlarse de la bandera de España. Naturalmente, toda una campaña progre acabo elevándole a los altares como mártir de la libertad de expresión. Pero, como José Manuel Monzón y Dani Mateo prefieren no arriesgar (la verdad es que arriesgarían más bien poco), ya han dejado en paz la bandera y ahora han vuelto donde solían: a la blasfemia.

El pasado jueves le tocó a la Semana Santa, con una graciosísima parodia sobre las procesiones.

A algunos nos costó reírnos, pero por la libertad de expresión, somos capaces de grandes esfuerzos.

Es sabido que la cristofobia sale gratis en España.