El de Quim Torra, ahora de paseo por las prisiones de Madrid, es un gobierno clandestino. Además de amagar con el musulmán Chakir el Homrani, consejero de Trabajo, golpea nombrando conseller a prófugos y presos que, al revés que Chakir, simplemente no deben ejercer: es que no pueden ejercer.

Eso sí, si hay más 155 que no sea con los inútiles de Enric Millo y Soraya Saénz de Santamaría

Por tanto, nada se puede achacar a Mariano Rajoy a fin de cuentas, que resulta que se verá obligado a seguir aplicando el 155.

Ahora bien, sería bueno que cambiara a los responsables de aplicarlo. En concreto, a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y a Enric Millo, como delegado en Cataluña. Ni han comenzado a detener el lavado de cerebro a los jóvenes en la educación catalana, ni han puesto en su sitio a los montaraces de TV3, ni el entramado de financiación del independentismo.

Así con todo, insisto: lo mejor del independentismo catalán es no hacerle caso… cuando se pueda, claro está

Pero Soraya asegura que su gestión catalana ha sido un éxito y a Rajoy le cuesta quitarle los galones. A fin de cuentas, es la primera que llega al despacho en Moncloa y la última en marcharse.