Abengoa ha confirmado a los analistas a los que ha presentado sus resultados que sigue negociando con los bonistas que impugnaron el plan de reestructuración, pero el acuerdo no está cerrado. Se trata, entre otros de ZurichLiberty o Eximbank, aunque ese acuerdo implica también al resto de los acreedores. La ingeniería tiene todavía 15 días para cerrar la negociación. 

No obstante, tiene un interés mayor, a largo plazo, la desinversión pendiente en México; en concreto, la planta de cogeneración Tercer Tren (o A3T). Gonzalo Urquijo tenía previsto inicialmente cerrar la venta este año, pero no será así, como ha sucedido también con la venta de Atlantica Yield.

Abengoa comienza a dar pasos con la canadiense Algonquin

Una cosa es el calendario previsto y otra, su ejecución. De momento, Abengoa tiene previsto finalizarla en el cuarto trimestre, ha explicado a los analistas el director financiero, Víctor Pastor. La capacidad firmada mediante acuerdos de compraventa a largo plazo, ahora en el 50%, pasará en semanas al 80%.

Respecto a la negociación con los bonistas díscolos, se trata de una excepción procesal, pero que ha penalizado la imagen de la ingeniería. El juzgado sevillano de lo Mercantil no cuestionó el pacto de saneamiento, pero sí estimó “el sacrificio desproporcionado que impone el acuerdo de refinanciación impone”.

El acuerdo, ahora, pasa por una nueva emisión, de 142 millones -un esfuerzo financiero adicional- para no empañar el endeudamiento de Abengoa. De hecho, el plan de reestructuración se ha seguido a rajatabla y el dinero obtenido con las desinversiones se ha destinado a rebajar deuda.

Ha sucedido con los fondos obtenido por la venta, en noviembre y firmada en abril, del 25% de Atlantica Yield. Ese dinero (510 millones de euros) se ha destinado a la devolución de los créditos suscritos por las aportación de dinero nuevo de los acreedores; es decir, reducir deuda. Se hará lo mismo con los 275 millones (325 millones de dólares) por el 16,5% de la yieldco.

El comprador, en los dos casos, ha sido la canadiense Algonquin, con la que Abengoa tiene un acuerdo de colaboración en la sociedad conjunta AAGES (Abengoa-Algonquin Global Energy Solutions) para desarrollar proyectos sin arriesgar en financiación y deuda. Se han presentado ya para instalar una línea de transmisión en Perú.

El objetivo: mantener a raya la deuda, que se ha reducido un 7% durante el primer trimestre  

Mantener a raya la deuda es una de las prioridades de Abengoa. Víctor Pastor ha explicado que durante el trimestre se ha reducido un 7%, hasta 5.080 millones. Ya informamos al explicar los resultados, que se saldan con un beneficio de 33 millones.

De esa deuda, 1.801 millones corresponden a deuda de las sociedades en venta “por la no continuidad de los negocios de Bioenergía y de las líneas de transmisión en Brasil”.

Para afrontar los pagos pendientes de deuda, además, Abengoa confía en la generación de recursos con su propia actividad. En este punto, cuentan los nuevos contratos (por valor de 802 millones en el trimestre), el más importante el complejo solar de Dubai, que representa el 38,6% de su cartera. Es el mayor campo en construcción y Abengoa se ha llevado un pellizco, que podría ir a más, de 550 millones de euros.