Abengoa ha empezado la sesión en bolsa con una subida en torno al 10%, en los primeros compases, que se ha normalizado después a la baja, hasta el 7% y menos. Es la reacción al anuncio previo de su selección como socio tecnológico por la china Shanghai Electric Group en la construcción de un complejo solar en Dubai.

Los fondos -inversores institucionales- aprovechan las circunstancias, dentro de sus propios calendarios para jugar en el corto plazo y lo han vuelto a hacer. Es cierto también que no se trata de un contrato más -el segundo en ese país, Emiratos Árabes-, sino de uno jugoso, con varios ingredientes, ninguno menor, aunque lo más importante está en el importe: 650 millones de dólares (en euros, 550 millones) de ejecución directa.

Ese contrato, dicho de otro modo, supone el 38,6% de la cartera de pedidos con la que cerró 2017, de 1.424 millones de euros, tras las nuevas adjudicaciones en Marruecos, EEUU, Arabia Saudí, Reino Unido, Omán, Argentina y Chile.

Abengoa cerró 2017 con una cartera de 1.424 millones de euros, tras las aldjudicaciones en varios países. La de Dubai es ‘otra cosa’

El anuncio llega, además, en un momento delicado, en medio del bloqueo al plan de saneamiento por parte, entre otros, de ZurichLiberty o Eximbank, con los que negocia para llegar a un acuerdo, algo que implica también al resto de los acreedores que firmaron la restructuración. Esa presión, en cualquier caso, no cuestiona la viabilidad de la compañía, aunque sí distorsiona su imagen. La solución pasa por una emisión de bonos bonos de 142 millones de euros con vencimiento en 2022.

El mercado está pendiente también de los resultados en el primer trimestre, que darán pistas sobre la evolución del negocio. El pasado ejercicio, en el que se dejó de ensoñaciones para volver a ser una empresa normal y empezó a ganar, es el referente. Pero ese punto de inflexión tiene un recorrido por delante.

Respecto al proyecto de Dubai, es interesante, además de por el importe e impacto en la cartera, por lo que representa. Dubai aspira a convertirse en referente mundial de energía limpia (un 75% del total dentro de 32 años, en 2050). La iniciativa parte del propio emirato, a través de la autoridad de electricidad y agua, la DEWA (Dubai Electricity and Water Autorithy), que desarrolla el proyecto con la compañía saudí ACWA Power, en la que está también -para desarrollar la tecnología termosolar- una de las multinacional más activas, la china Shanghai Electric Group.

Todo hay que tenerlo en cuenta: hay un objetivo y el medio es el campo de pruebas en el que entra en juego Abengoa: el proyecto solar más grande del mundo, Mohammed bin Rashid Al Maktoum (en la imagen), de tres plantas y 28 kilómetros cuadrados de superficie.

La ingeniería andaluza, en concreto, aportará la tecnología termosolar, como subcontratista, en la modalidad de llave en mano, ajustado al criterio del presidente Gonzalo Urquijo para limitar el riesgo sin endeudamiento y que generen valor. Además de proveedor, participará en los tres colectores de almacenamiento (de 200 megavatios cada una).