Así se subtitula un artículo de Economist&Jurist: "Hay quienes admiran a Vasquez por poner de manifiesto la violencia doméstica contra los hombres". Y no me extraña, porque el caso de Amber Heard contra su esposo, Johnny Depp, el chico de Piratas del Caribe, a quien acusaba de malos tratos.

Como en cuanto entran los abogados, entra la mentira, en los medios se ha hablado de penas por difamación, además, penas de el uno contra la otra y de la otra contra el uno, aunque está claro que el esposo ha ganado porque a ella le han condenado a pagarle mucho más dinero.

Es lo de menos: lo que importa es que el caso de Johnny Depp ha descubierto una de las grandes mentiras ocultas del feminismo: que la mujer también ejerce violencia contra el varón

De muchas maneras y según su estilo, dado que la condición masculina y la femenina son sustancialmente distintas, pero es el caso de que si siempre fuera el varón el agresor y la mujer la agredida, deberíamos llegar al conclusión de que la mujer es idiota. Y la mujer puede ser muchas cosas, pero no idiota.

Y es por ello, por lo que a Camille Vasquez, la abogada de Johnny Depp, se le admira tanto: por su empeño, exitoso, en echar por tierra uno de los tópicos -falsos- preferidos del feminismo, uno que muy pocos se atreven a discutir, no vayan a llamarles machistas: que la mujer nunca ejerce violencia contra el varón.