Decíamos en Hispanidad que de 2017 a 2024, las violaciones se han incrementado en Canarias en un 202%, el tráfico de drogas un 31% y los robos con violencia  un 22%. Pero al PSOE y a Nueva Canaria no le gustan los datos oficiales del Ministerio del Interior y sus diputados se levantan de la mesa mientras, Samuel Vázquez, los expone en el Parlamento canario.

Además, en esa misma sesión, quienes no estaban conformes con las cifras oficiales expuestas por Vázquez, explicaron que esperarían a los datos que ofreciera la fiscal jefa de Canarias, sobre la delincuencia en la región.

El portavoz de Inmigración y Seguridad de Vox resumía así la intervención de la fiscal: "7 minutos para reconocer que el dato del aumento del 202'5% en Canarias está en el balance oficial de interior. Y un minuto para comentar una de las trampas de Interior para justificar ese aumento: el que ahora los abusos también cuentan como agresión".

Y es que, recordemos que antes de la reforma de la Ley Orgánica 10/2022, (Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual), el Código Penal diferenciaba entre los delitos de agresión sexual (que incluía violencia o intimidación) y abuso sexual (sin violencia o intimidación). Con la nueva ley del Sólo sí es sí, norma 'estrella' de la insigne Irene Montero, se unifican ambas figuras bajo un único tipo delictivo, eliminándose la distinción entre agresión y abuso. A partir de la reforma, todo acto de contenido sexual realizado sin consentimiento se considera agresión sexual, lo cual engloba también lo que antes se denominaba abuso sexual.

Respecto a las estadísticas oficiales sobre delincuencia, Vázquez ha denunciado una y otra vez las "trampas" de los datos ofrecidos por Interior.

Y, al igual que Vázquez, lo ha hecho el sindicato Una Policía para el Siglo XXI, -cuyo vicepresidente es el propio Vázquez- prescriptor de criminología y representativo de miembros de todos los cuerpos, que considera que es «una trampa estadística de manual», ya que «la tasa se calcula sumando todos los delitos y dividiéndolos entre la población, y ahí un hurto de diez euros pesa lo mismo que una violación o un asesinato».

«El resultado es grotesco», advierte el sindicato, pues «como los hurtos caen un poco, la tasa global desciende, aunque al mismo tiempo aumenten los delitos que destrozan la vida de las personas: asesinatos, palizas, violaciones, agresiones sexuales. Es decir, la foto oficial dice que estamos más seguros cuando la realidad en la calle es justo la contraria». «La tasa de criminalidad global no mide la inseguridad real, tapa el ascenso de la violencia y convierte en propaganda lo que debería ser un diagnóstico serio».

Mientras, Marlaska, a lo suyo: España es un país seguro... sólo que los españoles no lo saben.