Ojo al dato: era un grupo ecologista pero al mismo tiempo contra el genocidio israelí de Palestina, claro que sí. Naturalmente, ni lo uno ni lo otro tiene que ver con el cristianismo, pero ellos decidieron asaltar la Catedral de San Patricio, en Nueva York, y justo cuando se celebraba la Misa de Pascua es decir, la Fiesta más importante del Catolicismo

Recientemente, con la bovina buena intención de algunos clérigos, se aceptó en la misma catedral el funeral de una activista trans, lo que terminó en otra profanación sacrílega con los trans chillando contra la Iglesia.

Se está convirtiendo en moda, en todo el mundo, atacar templos cristianos. Y ojo, ahora no quieren robar y sólo se ataca un templo católico, donde está el Santísimo, con dos objetivos: sacrilegio o hurto. Si no se roba, no hablamos de hurto, sino de satanismo.

Todo ello con especial predilección por la catedral y otros templos de referencia, que es lo que tiene mayor repercusión mediática.

Pero lo más preocupante es que ya no se pretende destruir a la Iglesia sino cambiarla, que es mucho peor. Sobre todo, porque lo primero es un imposible.