Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Sudáfrica, donde tres religiosos fueron asesinados esta semana en el monasterio de San Marcos, cerca de la capital del país, Pretoria, recoge Aciprensa.

Los tres monjes pertenecían a la Iglesia Ortodoxa Copta y sus nombres son: Takla El-Samouili, vicario diocesano; Youstos Ava-Markos; y Mina Ava-Markosthree. Su cuerpos fueron hallados con heridas de arma blanca. Por el momento se desconoce la autoría de este crimen. Aunque según la BBC, un integrante egipcio de la Iglesia copta ha sido arrestado como posible sospechoso.

Además, un sacerdote de origen zambiano también fue asesinado esta semana en Sudáfrica. Se llamaba William Banda, de la St Patrick's Society for Foreign Missions (Kiltegan Fathers). Un hombre africano se sentó a su lado y cuando se dirigió a la sacristía le disparó en la nuca, recoge Fides.

Por el momento se desconocen las motivaciones de estos cuatro asesinatos de cristianos en Sudáfrica.

Nos vamos ahora a la República Democrática del Congo (RDC), país en el que las Fuerzas Democráticas Aliadas (grupo terrorista cercano al Estado Islámico) asesinó recientemente a 32 personas, entre las cuales había ocho cristianos. Y cinco de estos últimos fueron decapitados mientras rezaban, informa Alfa y Omega.

Los terroristas aparecieron de improviso  en un lugar de culto y aprovecharon el factor sorpresa para decapitar a cinco cristianos que estaban rezando. Posteriormente, otros tres que habían huido fueron alcanzados y también asesinados.

En ese país, el éxodo de cristianos continúa a gran escala, como consecuencia de la masacre de cristianos por parte de terroristas islamistas.

Nuestro siguiente destino es Turquía, donde el arzobispo de Esmirna, Mons. Martin Kmetec, ha realizado unas declaraciones a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) donde subraya la importancia de que los cristianos permanezcan en Turquía.

En el país controlado por el fundamentalista islamista Recep Tayyip Erdogan, que a su manera también se dedica a la persecución a los cristianos, en este momento tan sólo hay “150.000 cristianos entre los aproximadamente 85 millones de habitantes de Turquía”.

Pero es que en territorio turco se encuentran la antigua ciudad de Éfeso -donde se encuentran la casa de la Virgen María y la tumba de san Juan-. Y es también el país el que San Pablo y San Juan predicaron el Evangelio.

Por todo ello, el arzobispo Kmetec cree firmemente que la Iglesia tiene el deber de mantener una presencia en el país: “Se lo debemos a Cristo, se lo debemos a la historia de estas tierras y se lo debemos a sus mártires”.