Las congregaciones (reuniones de los cardenales previas al cónclave) continúan a buen ritmo. Sí, es cierto que la profusión de nombramientos del Papa Francisco ha hecho que los cardenales mayores de 80 años se conozcan mucho más que los menores de esa edad... ¡qué son los electores y elegibles!

Ahora bien, todos aspiran a la vuelta "a la normalidad", como aseguraba uno de ellos a Hispanidad. En lo que se diferencian es en el ritmo de la restauración doctrinal, otra expresión muy escuchada en el precónclave. Salvo algún entusiasta de Francisco -y son los entusiastas de Francisco los que más hablan con la prensa-, todos están de acuerdo en que la confusión doctrinal es la principal característica negativa del Legado Francisco... y la más grave.

Recordemos que un Papa puede no ser santo pero no puede dejar de ser sabio, de poseer capacidad de discernimiento... de enseñarles a los fieles qué es lo que está bien o lo que está mal. Y es ahí donde el papado de Francisco ha dejado la Iglesia en plena convulsión y muy enfrentada entre sí.

La confusión es tirando a total.