Los saduceos eran aquellos 'chicos estudiados', mezcla de teólogos y de políticos, laicos, muy laicos, aunque descendieron del sumo sacerdote Sadoq, doctores de la Ley y amantes de la buena vida y comprensivos con la invasión romana, porque lo de las rebeliones contra el poder es deporte arriesgado: te pueden matar por eso. 

Su único dogma era la supervivencia y su teología se acomodaba a esa supervivencia. Así, los saduceos eran hebreos de religión y privilegiados miembros de la Sinagoga, pero no creían ni en los espíritus, es decir, no creían en el hombre, mezcla de materia y espíritu, ni tampoco en la vida eterna que, a fin de cuentas, sólo es la lógica irrefutable de la existencia del espíritu, del alma... dado que aún no se ha descubierto cómo matar a un espíritu. 

Naturalmente, con ese bagaje no es de extrañar que Jesús de Nazaret no les cayera nada simpático: es uno de esos tipos que puede derribarte el quiosco, así que los saduceos colaboraron con entusiasmo en su viciado proceso de condena a muerte. Con su actitud habitual claro está, poniendo a los fariseos, mucho más fanáticos, por delante en un proceso infame, pero según la máxima saducea: nunca arriesgues, que puedes perder.

Lo que quiero decirles es que si hoy existieran los saduceos estarían todos afiliados al Partido Popular. Cuando los sacerdotes o los fariseos les acusaban de incongruencia, los saduceos, de orientación forense y leguleya, aseguraban que ellos cumplían a rajatabla la ley de Moisés. O sea, como Feijóo cuando se muestra entusiasmado con el Estado de Derecho. Recuerden que eran los doctores de la ley. 'Estudiaos' muy 'estudiaos'. 

Incluso, no lo duden, si el gallego Feijóo accede al poder, cumplirá toda la batería de normas, auténticas salvajadas, que el Sanchismo está aprobando durante su ultimo año de legislatura, una retahíla de barbaridades entre las que se cuentan la ley de más aborto aún, la de Transexualidad, el Sí es sí, la norma sobre bienestar animal, etc. 

En todas ellas, Feijóo marca distancias con el PSOE, naturalmente, pero ojo, en lo formal. Es decir, con la ley de Moisés hecha para un pueblo de dura cerviz e incircunciso de corazón.

No lo duden: los saduceos son del PP. Todos ellos. De hecho, por si pretenden completar el cuadro, los fariseos serían los socialistas de Tito Berni más la casta sacerdotal de Sánchez-Caifás, garantes de los nuevos valores democráticos. ¿Y Podemos? La turbamulta que aullaba lo de “¡Crucifícale!", naturalmente, instados por los socialistas de Tito Berni y del sumo sacerdote Caifás-Sánchez, que les manipulan a gusto aunque ellos no lo sepan.