Decíamos ayer que la fineza de Miguel Barroso se deja ver, por ejemplo, en utilizar El País para saldar cuentas con sus enemigos, con sus críticos o con quien entorpece sus ambiciones. Véase, quiere mandar en RTVE y para eso debe prescindir del actual presidente de la Corporación, Pérez Tornero. Solución: ahí tienen a El País dedicado a sacar trapos sucios del hombre llegado del PSC para hacerle parecer como un corrupto de tomo y lomo. 

Esto es El País que dirige Pepa Bueno, puesta ahí por Barroso y muy obediente a todas las consignas. 

Pues al objetivo de Barroso parece que contribuyen los datos de audiencia del ente público. Según las cifras de Barlovento Comunicación, la cadena pública ha registrado un 8,8% de cuota de pantalla en el acumulado anual, y ha pasado 12 meses sin superar la barrera del 10%, mientras el grupo RTVE al completo había cosechado un 14,4% de share. Todos esos datos negativos -históricos según El Mundo- los ha sumado la televisión estatal en 2021. 

Y tan sangrante como el declive de RTVE es el triunfo de la telebasura. No en vano, la Telecinco de Vasile, con, como sólo dos ejemplos, Rociíto o Carlota Corredera como buques insignia, ha cerrado como líder el año por décima vez consecutiva, acumula un 15% de share y Antena 3 -la de Cristina Pedroche y las campanadas de fin de año- suma un 13,8%, ambos muy distanciados de la pública, a la que aventajan en seis y cinco puntos, respectivamente.